Últimamente son cada vez más los denominados semáforos foto-rojo que se ven por nuestras calles. Raro es que alguna de las grandes poblaciones no haya apostado por este ‘artilugio’ de control que tiene una finalidad preventiva, como es evitar atropellos en los pasos de peatones, aunque está siendo cuestionada su legalidad.
Para entenderlo mejor tratemos de explicar antes cómo funciona esta tecnología. El fin es evitar atropellos o accidentes en muchos pasos de peatones o intersecciones. El semáforo en sí no cambia. Lo que veremos antes de llegar a él es una cámara que suele estar instalada unos 25 metros delante de la denominada zona de detención.
3Sentencias judiciales en contra
Esto no suele ser así. Por eso el Ayuntamiento de Madrid está recibiendo algún serio revés en forma de sentencias judiciales, que ya han anulado multas de este tipo. La capital de España es una de las grandes urbes que más ha apostado por instalar semáforos foto-rojo en sus calles. De hecho, según revela Automovilistas Europeos Asociados, desde finales de 2020 el Ayuntamiento de Madrid ha formulado 74.096 denuncias de este tipo, con un importe de cerca de 15 millones de euros.
Y por si fuera poco, el consistorio madrileño está utilizando desde hace unas semanas las cámaras de estos semáforos foto-rojo para controlar el acceso al interior de la M-30 de los vehículos sin etiqueta medioambiental de la DGT. ¿Seguirá la polémica? Veremos.