La Dirección General de Tráfico (DGT) calcula que esta Semana Santa se producirán 16 millones de desplazamientos por carretera. Viajes de vacaciones que llegan en una estación, la primavera, en la que la meteorología cambiante nos puede sorprender al volante.
A las lluvias o los cambios de temperatura propios de la Semana Santa hay que añadir factores como el reciente cambio de horario, la mayor presencia de animales e insectos y la floración de las plantas, que aumenta considerablemente la presencia de pólenes. Circunstancias que pueden afectar a la conducción y que nos deben hacer tener más precaución al volante.
4El polen y los insectos
En primavera las plantas comienzan a crecer y pueden dificultar ver a través de zonas (interiores de curvas, medianas, cruces, rotondas…) en las que, en invierno y sin hojas, hay una perfecta visibilidad. Además, en esta época de Semana Santa, al ser primavera, aumentan exponencialmente los niveles de polen en el aire, que pueden afectar a la visión (lagrimeo) y también provocar estornudos. Conviene, por tanto, revisar el filtro antipolen de nuestro coche y estar atento a la medicación contra las alergias, porque puede producir somnolencia. Además, también se puede crear una capa de polen sobre el parabrisas que hay que limpiar bien.
La vida animal también se activa en esta época del año, por lo que aumenta el número de animales que cruzan las carreteras. También aumenta el número de insectos que acaban estampados contra el parabrisas. Hay que usar los limpiaparabrisas con regularidad para no comprometer la visibilidad, y evitar que los restos de los insectos se sequen y dañen las escobillas.