La edad no es un impedimento para dejar de conducir. De hecho, en España no hay una edad marcada para renunciar a ponerse al volante. Pero, a medida que se envejece, aumentan los problemas de salud y las limitaciones físicas y mentales que pueden disminuir nuestras capacidades al volante.
Según los datos de Cleverea, en España hay un millón de personas que conducen con edades entre 65 y 69 años, 700.000 aproximadamente de 70 hasta 75 años y unos 500.000 que siguen circulando con más de 76. Por más veteranía que se tenga al volante, los años pasan factura y conviene saber cuándo hay que dejarlo. Los expertos de esta aseguradora han elaborado una lista con las señales que alertan de que ha llegado la hora de decir adiós al carné y aparcar el coche en casa para siempre.
3Alargar el momento de dejar el coche
El momento de dejar de conducir llegará, pero hay algunas pautas que nos pueden permitir alargarlo.
Mantenerse activo. Las personas que practican ejercicio de manera habitual pueden contar con conservar las aptitudes necesarias para conducir durante más tiempo. Es necesario entrenar la fuerza muscular y la flexibilidad para conducir, salir y entrar en el coche, aparcar… Las actividades mejores son, además de caminar y nadar, el pilates y el taichí.
Controlar la audición. Con la edad se pierde oído y eso impide detectar los coches que se acercan, las sirenas de vehículos de emergencia o incluso el ruido del motor para cambiar de marcha a tiempo, no dañar el embrague o, incluso, gastar menos combustible. No hay que retrasar el ponerse audífonos, sobre todo al volante.
Vigilar la vista. También se deteriora: cataratas que dificultan la visión nocturna, miopía, pérdida de agudeza visual… Hay que estar atentos para poner remedio cuanto antes y corregir los problemas.
Ojo a la medicación. Algunos analgésicos, los medicamentos para dormir, los ansiolíticos… pueden provocar somnolencia y disminuir los reflejos. Es preciso consultar con el médico para que no interfieran en la seguridad al volante.
Cambiar de vehículo. Puede que necesitemos un coche más acorde con nuestras necesidades, más pequeño, más fácil de conducir, tal vez automático o con un navegador más visible, o pasarnos a un coche sin carné (ojo, para conducirlo también debemos pasar el examen psicotécnico).
Compensar las limitaciones. Es el momento de ser más cautos que nunca: conducir solo por trayectos ya conocidos y cercanos; evitar las situaciones de riesgo, como los giros a la izquierda en calles de dos direcciones o las rampas; aumentar la distancia de seguridad con el vehículo precedente; elegir el carril derecho siempre que se pueda; no conducir de noche, en horas punta, con el sol de frente ni con condiciones atmosféricas desfavorables como lluvia, niebla…