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Los dos sentimientos que experimentan todos los que se ponen al volante de su coche

Conducir es una experiencia tan cotidiana para muchos que rara vez nos detenemos a reflexionar sobre lo que realmente sentimos al ponernos al volante. Sin embargo, la investigación ha demostrado que detrás de los gestos mecánicos de girar el volante o pisar los pedales, se esconden emociones poderosas que influyen en nuestra conducción y en cómo interactuamos con el entorno. Dos sentimientos clave surgen en cada trayecto: la ansiedad y la agresividad, ambas presentes en mayor o menor medida en cada conductor.

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Ansiedad: el copiloto invisible

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La ansiedad es una emoción que acompaña a los conductores en diversas situaciones. Desde el momento en que se sube al coche, hasta los momentos en los que deben enfrentarse a imprevistos, el estrés generado por la conducción puede ser significativo. Según un estudio realizado por NeuroLab Center en colaboración con la compañía de suscripción de vehículos Bipi, más del 90% de los conductores experimentan ansiedad ante la posibilidad de tener un accidente. Y no es para menos: la sensación de estar al volante de una máquina de tonelada y media, rodeada de otros vehículos en movimiento, puede despertar preocupaciones sobre la seguridad, especialmente en circunstancias de tráfico intenso o condiciones adversas.

El atasco, ese enemigo silencioso de los conductores, es uno de los principales generadores de ansiedad. El 60% de los conductores encuestados admitieron sentirse angustiados al verse atrapados en uno, siendo esta cifra aún mayor en adultos, alcanzando el 77%. En contraste, los conductores jóvenes parecen tener una percepción de riesgo menor, pues solo el 40% afirmó sentirse ansioso en esta situación. Aquí vemos cómo la experiencia y la acumulación de vivencias pueden aumentar la sensación de vulnerabilidad. Cuanto más tiempo pasamos al volante, más conscientes nos volvemos de las posibles amenazas que nos rodean.

Pero no solo las situaciones de tráfico despiertan este sentimiento. La simple idea de tener que realizar tareas relacionadas con la posesión de un coche, como pasar la ITV o llevar al taller, puede generar una ansiedad considerable, especialmente en las mujeres, quienes en un 83% de los casos reportaron sentirse intranquilas ante estas situaciones. . Este dato refleja cómo las responsabilidades asociadas a un coche pueden pesar emocionalmente en las personas, más allá de la conducción en sí misma.

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