El líquido anticongelante, también conocido como refrigerante, desempeña un papel crucial en el funcionamiento de tu coche al mantener la temperatura del motor en niveles adecuados. Sin este fluido esencial, el motor podría sobrecalentarse, causando daños graves y costosos. Aunque todos los líquidos refrigerantes cumplen con su función principal, su color distintivo no es un detalle aleatorio ni puramente estético; cada tonalidad tiene un significado relacionado con su composición y uso específico.
Es fundamental que los conductores respeten el color del líquido refrigerante al momento de rellenar el depósito. Mezclar líquidos de colores diferentes puede alterar la composición química del producto, disminuyendo su efectividad y provocando problemas como la oxidación o la acumulación de impurezas en el sistema. Esto podría afectar directamente la capacidad del anticongelante para proteger el motor, comprometiendo el rendimiento del vehículo y aumentando el riesgo de averías a largo plazo.
¿Qué significa cada color del líquido anticongelante?
El anticongelante se compone principalmente de agua destilada y sustancias químicas diseñadas para evitar la congelación, la corrosión y la acumulación de depósitos en el sistema de refrigeración. La proporción de estos componentes determina el color del líquido y su rendimiento. Por ejemplo, el líquido refrigerante rosa contiene un 50% de agua destilada y un 50% de anticongelante, lo que lo convierte en una opción equilibrada y ampliamente utilizada.
El líquido azul, por otro lado, tiene una mayor proporción de agua destilada (70%) y se destaca por su capacidad superior para absorber el calor, siendo la elección preferida en vehículos de altas prestaciones. Otros colores, como el verde y el amarillo, tienen proporciones variables, que los hacen adecuados para diferentes necesidades, pero en general todos los colores cumplen con los estándares básicos de protección del motor.
Los cuidados a tener en cuenta y el costo del líquido refrigerante
El mantenimiento adecuado del líquido refrigerante es igualmente importante. Por lo general, este fluido se reemplaza en intervalos regulares, que varían según el tipo de motor y su sistema de distribución. En coches con correa de distribución, el cambio se realiza cada 100,000 kilómetros, mientras que en aquellos con cadena de distribución puede extenderse hasta los 200,000 kilómetros. Sin embargo, para vehículos con uso menos frecuente, la recomendación estándar es sustituirlo cada cuatro años. Mantener este cronograma garantiza que el motor esté siempre protegido y en óptimas condiciones.
El costo del anticongelante varía según su color y marca. Una garrafa de cinco litros de líquido rosa, el más común, tiene un precio promedio de entre 25 y 35 euros, mientras que el azul, debido a su calidad superior, puede llegar a costar hasta 50 euros. Estas diferencias de precio reflejan las variaciones en la composición y el rendimiento de los productos, permitiendo a los conductores elegir la opción que mejor se adapte a sus necesidades y presupuesto.