Tu coche podría considerarse como una máquina perfecta. Está preparada para aguantar el paso de los años y los kilómetros, por mucho que le metamos caña de la buena y que seamos testigos de esa tralla. Sin embargo, debido al desgaste de sus piezas y que, a veces, el mantenimiento que hacemos no es el más adecuado, precisamente, pueden aparecer averías que nos arruinen un viaje… o el trayecto al trabajo.
En algunas ocasiones, sabemos que algo le pasa a nuestro coche porque se comporta de una forma rara y distinta a lo habitual. Quizás en este caso vemos venir los problemas… pero, en otras ocasiones, sabremos que algo sucede gracias a los testigos luminosos con símbolos, que pueden ser de color amarillo o rojo, y que nos avisan de posibles fallos. Presión del aceite, la batería, el motor… La avería puede estar en muchos lugares.
1Qué sería de nosotros sin los testigos…
Es muy importante conocer qué significa cada uno de esos pilotos del coche porque nos dan la vida. De ellos depende que podamos arreglar lo antes posible la avería, antes de que peligre nuestra propia seguridad.
Sí, no exageramos. Nuestra integridad física puede estar en juego por una señal luminosa mal interpretada. Por eso, desde el RACE, te animan a solicitar su servicio de asistencia en carretera en cualquier parte del mundo si se te enciende un piloto. Eso sí, de paso también te aconsejan que te tomes la molestia de interpretar ese auténtico jeroglífico de colores… ¿Es posible hacerlo?