Poder controlar la dirección en la trayectoria del vehículo, es fundamental. Gracias a los sistemas de dirección el coche se dirige justo hacia donde queremos, y además en caso de un eventual descontrol involuntario nos facilita la estabilización del mismo. Está permanentemente conectado con el resto de elementos activos para garantizar la seguridad del movimiento. Prestar atención a sus señales es vital, para entender que todo funciona correctamente.
Básicamente, el sistema de dirección se encarga de transmitir el movimiento del volante hacia las ruedas. Lo hace a través de una serie de componentes que funcionan coordinados.
5Cuando la asistencia es liquida
En el caso de las direcciones asistidas con sistema hidráulico, las más habituales, es necesario sustituir el líquido de dirección de manera periódica. Para saber el momento exacto hay que consultar el libro de mantenimiento del vehículo, aunque el intervalo habitual se sitúa en torno a los 100.000 km o cada dos años.
También es importante comprobar que no existen fugas en el circuito, por lo que se debe controlar tanto el nivel del líquido como la existencia de pérdidas. Además, si se realiza cualquier sustitución de un elemento del sistema de dirección asistida, como puede ser una bomba averiada, es necesario renovar por completo este fluido.
Prestar atención al sistema de dirección del vehículo es muy sencillo y puede evitarte muchos quebraderos de cabeza. Es tan fácil como pedir cita en tu taller para que comprueben su estado, junto al de otros elementos de seguridad relacionados como la suspensión o los neumáticos. Es la mejor manera de asegurarte de que nada te desviará de tu destino.