La empresa detrás de la popular red social Snapchat no ha logrado escapar de la sombra de la mala publicidad resultante de uno de sus filtros más polémicos. A pesar de haber retirado la función en 2021, el controvertido filtro de velocidad sigue siendo el centro de atención en una demanda judicial que busca responsabilizar a la empresa por un trágico accidente de automóvil.
Recientemente, un juez de Georgia dictaminó que el actual director ejecutivo de esta aplicación, Evan Spiegel, debe enfrentar preguntas en una demanda presentada contra una mujer que causó un grave accidente mientras supuestamente usaba la aplicación. Podría enfrentar serias consecuencias en caso de que se lo encuentre responsable por este incidente.
¿De qué se acusa a Snapchat?
El filtro de velocidad de Snapchat era una función que permitía superponer un velocímetro digital a la imagen que la cámara del teléfono estaba capturando. Introducido en 2013, el filtro rápidamente se convirtió en una herramienta popular no solo entre los pasajeros, sino también entre los conductores, quienes compartían imágenes de la velocidad que alcanzaban en sus vehículos. Esta función, aunque aparentemente inofensiva, incentivaba conductas peligrosas al volante.
El caso de Christal McGee es un ejemplo trágico de cómo esta función puede tener consecuencias mortales. En septiembre de 2015, estrelló su Mercedes contra el todoterreno de Karen y Wentworth Maynard en el condado de Spalding, Georgia. Los Wentworth habían salido de su complejo de apartamentos hacia Tara Boulevard, una zona con un límite de velocidad de 55 mph (89 km/h), cuando fueron embestidos. Según informes de WSB-TV 2, McGee viajaba a una velocidad estimada de 107 mph (172 km/h) en el momento de la colisión.
La responsabilidad por parte del filtro de Snapchat
La demanda presentada por Wentworth Maynard alega que McGee, de solo 19 años en ese momento, había dicho a sus tres pasajeros que intentaría alcanzar las tres cifras en el velocímetro para luego publicar el resultado en Snapchat. Este comportamiento imprudente tuvo consecuencias devastadoras: quedó en coma, pasó cinco semanas en cuidados intensivos y ahora sufre de una lesión cerebral permanente.
La empresa detrás de la aplicación ha defendido su posición afirmando que la conductora del Mercedes-Benz ignoró las claras advertencias de la aplicación que instaban a los usuarios a no tomar fotos mientras conducían. Sin embargo, los críticos argumentan que la existencia misma del filtro de velocidad incentivaba conductas peligrosas y que la empresa debería haber previsto las posibles consecuencias. La función del filtro de velocidad ya no está disponible, pero el daño ya está hecho.