A partir de los años cincuenta, los coches de la firma italiana se convirtieron en vehículos de intervención rápida. Conocidos como los «volanti», los ciudadanos les pusieron apodos como «Panteras», los utilizados por la Policía, y «Gacelas» los coches de los Carabinieri.
La primera Pantera fue un Alfa Romeo 1900 de 1955, mientras que la primera Gacela llegó unos años más tarde. El coche de policía de mayor éxito fue el Giulia Super, pero la flota se completó con otros modelos que van desde el Matta hasta el Alfasud, el Alfa 75, el Alfetta, el 156 y el Giulia actual.
Con la relación de la marca con las fuerzas de orden público nace otro protagonista en esta historia: Orazio Satta Puliga, nacido en Turín y apasionado de Alfa Romeo. Nombrado director de diseño en 1946, tenía la tarea de transformar una empresa artesanal en una fábrica moderna.
La primera pantera
El 1900 de Satta Puliga fue el primer modelo de la marca con volante a la izquierda, y el primero en tener una estructura de carrocería portante. Cambió los motores tradicionales de 6 y 8 cilindros por una nueva versión de 4 cilindros con culata de aluminio y dos árboles de levas accionados por cadena. Con 80 CV, era ágil, rápido y muy fácil de manejar.
El 1900 también tuvo el privilegio de ser el primer vehículo Alfa Romeo en producirse en una línea de montaje. Este coche supuso una autentica revolución, solo el 1900 vendió más que la producción total de otros vehículos de Alfa Romeo hasta ese momento.
En vísperas del boom
La llegada a Alfa Romeo de Giuseppe Luraghi revolucionó la forma en que se estructuraba la producción, asignando al diseñador Rudolf Hruska y Francesco Quaroni la reorganización de los procesos industriales.
Con el boom económico a la vuelta de la esquina, para Luraghi poseer un Alfa Romeo tenía que convertirse en la prueba visible de haber alcanzado el bienestar. En este momento nació el Giulietta, un modelo diseñado para aumentar las ventas, pero al mismo tiempo confirmar la tradición técnica y la vocación deportiva de la marca.
El Giulietta se convirtió en la primera Gacela de los Carabinieri. Destinado al servicio de patrulla y equipado con un sistema de radio para comunicarse con la Central, era veloz, ágil y resistente.
Ofrecía un exterior moderno y aerodinámico, así como un gran agarre en carretera, una rápida aceleración y una alta velocidad. Gracias a su motor, totalmente de aluminio, de 65 CV conseguía alcanzar los 165 km/h.