Ha sido en el Salón de Tokio donde Subaru ha presentado el prototipo que adelanta la futura generación de su Subaru Impreza, un modelo que sigue apostando por una carrocería de corte compacto y que podría convertirse en una realidad a lo largo del año que viene.
Hay que tener en cuenta de que todavía estamos hablando de un prototipo, pero sus líneas exteriores tomarán muchos rasgos estéticos de este concept, con la característica parrilla frontal, las luces diurnas con forma de «C»… Eso sí, perderá la llamativa toma de admisión en el capó y también recibirá unos espejos retrovisores más realistas y unos tiradores para las puertas «de verdad».
Con una nueva «plataforma global»
Ahora bien, lo que no perderá el futuro Subaru Impreza será su naturaleza de compacto y presentará unas dimensiones de 4,40 metros de largo, 1,88 metros de ancho y 1,44 metros de alto. Si lo comparamos con el anterior Subaru Impreza, hay que decir que es ligeramente más corto, más ancho y más bajo, pues el desaparecido Subaru Impreza medía 4,42 metros de largo, 1,74 metros de ancho y 1,47 metros de alto. Pero los ingenieros de la firma nipona han trabajado para ganar más espacio en el habitáculo y aunque es más corto, su distancia entre ejes pasa de 2.620 a 2.670 milímetros, además de que es de suponer que ganará espacio de carga, pues su maletero arrancaba en los 301 litros de capacidad, una cifra justa para un vehículo de su tamaño.
Esto será gracias a que estrenará una nueva «plataforma global» que servirá de punto de partida a futuros modelos de Subaru. Ahora bien, este nuevo Subaru Impreza mantendrá los sofisticados sistemas de tracción total Symetrical AWD, apartado común en todos los modelos del fabricante nipón, además de que estrenará una nueva generación de motores, que cómo no podían ser de otra manera, serán bóxer y sobrealimentados, inspirados en los que utiliza el nuevo Subaru Levorg. Ahora bien, añadirán desconexión de cilindros para hacerlos aún más eficientes y respetuosos con el medio ambiente.
Más adelante también llegarán los Subaru Impreza con mecánicas híbridas y también diésel, siempre apostando por los motores bóxer, seña de identidad en la marca japonesa.