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Conducimos el Subaru XV. Replanteado

La segunda generación del 'best seller' de Subaru está ya en España, y con muchas más novedades de lo que su continuista imagen -poniendo uno junto al otro se descubren más diferencias- indica. Para empezar, la plataforma es nueva, y de ahí derivan ventajas: un 70 por ciento más de rigidez, protección ejemplar en caso de choque -así lo demuestran las pruebas de EuroNCAP-, centro de gravedad bajo… Eso se adereza con una carrocería 15 milímetros más larga -sus 4,47 metros le sitúan como rival de Qashqai, Ateca y compañía- que presume de 30 milímetros extra de distancia entre ejes y de unas vías más anchas, de modo que hay más amplitud -el maletero es mayor, aunque los 385 litros sigan pareciéndonos pocos- y el coche pisa mejor, a lo que ayuda la nueva suspensión -estabilizadoras unidas al chasis para reducir un 50 por ciento el balanceo-, una dirección más rápida y una tracción muy eficaz; sobre todo en uso ?off road?, donde el XV presume de agilidad y 22,1 centímetros de altura libre al suelo.

El interior, más ergonómico y refinado, tiene una completa dotación 'la tercera entrega del conjunto de asistentes de seguridad EyeSight es de serie' ya desde el nivel básico Sport, que con descuento arranca en 21.900 euros.

Dos motores bóxer de gasolina forman la gama

El muy renovado 1.6 de 114 CV y el 2.0 de 156 con inyeción directa, pero ninguno tiene turbo y la caja automática CVT, pese a las mejoras, no ayuda en cuanto a prestaciones o agrado.