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La subasta de RM Sotheby’s en Monterrey recauda más de 120 millones de dólares

La subasta recientemente celebrada por RM Sotheby’s en Monterrey (California, EE. UU.) ha concluido con más 180 automóviles que han cambiado de manos por un valor total que supera de largo los 120 millones de dólares (más de 107 millones de euros).

Como cada año, la Semana del Motor de Monterrey nos ha dejado presenciar numerosas joyas sobre ruedas, muchas de ellas exhibidas en diversas subastas, como la celebrada por la casa canadiense RM Sotheby’s, en la que, una vez más, los modelos clásicos de Ferrari fueron los más deseados.

Cinco Ferrari copan las mayores valoraciones en la subasta

El vehículo más codiciado fue un Ferrari 250 GT California Spider de batalla corta. El mítico modelo carrozado por Scaglietti, con número de chasis 1795 GT, se presentaba como la mejor unidad disponible, fabricada para exhibirse en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1960, equipada de fábrica con un motor con especificaciones de competición, faros carenados y techo rígido desmontable.

Certificado por Ferrari Classiche como totalmente coincidente en cuanto a números, conservando su motor, caja de cambios, eje trasero y carrocería originales, nunca antes había salido a la venta en subasta y alcanzó una puja máxima de 17.055.000 dólares (15.257.000 euros).

No se quedó lejos el Ferrari 410 Sport Spider de 1955 con el chasis número 0592 CM, un auténtico purasangre de carreras que llevó a la victoria al legendario Carroll Shelby en Palm Springs en 1956. Restaurado integralmente en 2017 este precioso monoplaza con motor V12 y carrocería de Scaglietti alcanzó la friolera de 12.985.000 dólares (más de 11,5 millones de euros).

En tercera posición encontramos otro Ferrari 250 GT, en este caso de batalla larga. Con número de chasis 1217 GT, se trata de la decimonovena unidad de 50 fabricadas. Impecablemente restaurado en los años 90 por Phil Reilly & Company, este descapotable de 1959 aparecía en la película italiana Le Dolci Signore (1967), protagonizada por Ursula Andress y estrenada en España con el título Problemas extraconyugales. Fue además propiedad del famoso piloto de carreras suizo Jo Siffert, y todo ello le ha permitido alcanzar una puja máxima de 5.615.000 dólares (más de cinco millones de euros).

Las posiciones cuarta y quinta las ocupan nuevamente sendos Ferrari: un siempre cotizado F50, que superó los 5,5 millones de dólares (algo más de 4,9 millones de euros) y un 275 GTB/4 con un importante palmarés en competición que consiguió bajar el martillo en 5.285.000 dólares (4,7 millones de euros). 

Los clásicos singulares ganan protagonismo en la subasta

Tenemos que bajar a la sexta posición del ránking de la subasta para encontrar el primer “no Ferrari”; concretamente, un majestuoso Alfa Romeo 8C 2300 Lungo Spider de 1934 carrozado por Eagle Coach Works que superó los cuatro millones de dólares (3,6 millones de euros).

A continuación encontramos el primer automóvil contemporáneo: un Bugatti Chiron Super Sport, con el ya desaparecido motor W16 de ocho litros evolucionado hasta los 1.600 CV para permitir al hiperdeportivo alcanzar los 454 km/h y los 3,5 millones de dólares (3,1 millones de euros).

Un nuevo Ferrari 275 GTB/6C, otro Bugatti Chiron y un majestuoso Delage D8 S Roadster de 1932 carrozado por Pourtout completan el top 10 de la subasta, totalizando algo más de 65 millones de dólares (más de 58 millones de euros).

Más impresionante que la cifra del top 10 alcanzada en la subasta de RM Sotheby’s en Monterrey es en realidad el número de automóviles que superaron el millón de dólares. Nada menos que 33 vehículos alcanzaron las siete cifras en venta pública, a los que habría que sumar al menos tres más vendidos de manera privada por más de un millón de dólares cada uno tras concluir la subasta. Con todo ello, el monto total de la subasta superó, de largo, los 120 millones de dólares (más de 107 millones de euros).

No cabe duda de que el mercado de automóviles de colección se encuentra en un gran momento, y nos agrada observar cómo los modelos clásicos alcanzan cada día valoraciones más altas –superando ampliamente a los más inaccesibles hiperdeportivos–, y nos agrada también comprobar cómo cada vez parece valorarse más en las subastas el pedigrí de las unidades concretas que han logrado importantes éxitos en competición o han sido especialmente relevantes, demostrando un interés creciente por la cultura del automóvil.