Hace unas semanas, Nasser Al-Attiyah se hizo con su cuarto Dakar tras superar a todos sus rivales en la edición 2022 del mítico rally, celebrada, como el año pasado, en Arabia Saudí. El qatarí logró la victoria a los mandos del Toyota GR DKR Hilux T1+, la bestia de competición de Toyota Gazoo Racing desarrollada para la nueva categoría T1+, con modelos más anchos, con más recorrido de suspensión y ruedas más grandes que los T1.1 convencionales, que también han participado en el Dakar siguiendo de cerca a los T1+.
Toyota Gazoo Racing nos ha brindado la oportunidad de conocer al detalle un prototipo T1+ y un T1.1, concretamente los coches de Nasser Al-Attiyah e Isidre Esteve, clasificados, respectivamente, en la primera y la 27 posición general en la última edición del Dakar. Ambos nos mostraron su potencial desde el lado del copiloto en el Nasser Racing Camp, una finca, propiedad de Al-Attiyah, que está situada a pocos kilómetros de Manresa y es el escenario perfecto para poner a prueba estos pick-up de carreras con alrededor de 400 CV.
Primero con Isidre Esteve
En primer lugar, nos subimos al Toyota Hilux de Isidre Esteve, un T1.1 de 2020 que ha terminado el Dakar en el Top 20 de la general y el 16º entre los T1.1 con Isidre como piloto y Txema Villalobos como copiloto. La edición 2022 del Dakar ha sido la 17ª en la que ha participado Esteve, que comenzó corriendo en motos y se pasó a los coches tras sufir una lesión medular que lo dejó en silla de ruedas en 2007.
Su Hilux está adaptado con mandos especiales para acelerar y frenar con las manos, pero, por lo demás, es idéntico al Hilux que utilizó Fernando Alonso en el Dakar 2020, con un motor V8 5.0 atmosférico de gasolina que desarrolla alrededor de 400 CV, ruedas de 32 pulgadas, suspensión con 280 mm de recorrido y un depósito de combustible con capacidad para más de 500 litros.
Lo cierto es que comparado con el Hilux de Nasser, el de Esteve no impresiona tanto porque es más pequeño y, sobre todo, las dimensiones de sus ruedas son más contenidas, pero el sonido de su V8 deja claro que no se trata de un coche cualquiera, como comprobamos en los caminos del Nasser Racing Camp.
Acceder al bucquet del copiloto no es fácil por culpa de la jaula antivuelco y, una vez dentro, los arneses y el propio asiento no pemiten moverse ni un milímetro, cosa que agradecimos unos segundos más tarde, cuando volábamos, literalmente, para aterrizar sobre una rueda. Nunca había montado en un aparato semejante y la experiencia fue sencillamente brutal, por la capacidad para traccionar de este Hilux, el sonido, lo muchísimo que empuja y el trabajo que realizan las suspensiones, tragándose todo sin rechistar a una velocidad de vértigo. Pero lo que más impresiona es ver a Isidre Esteve controlar absolutamente todo con sus manos: dirección, acelerador, freno, cambio secuencial y freno de mano.
Hora de pasar miedo con Al-Attiyah
Unos minutos después y con la adrenalina a flor de piel, llega el turno de copilotar a Nasser. De primeras, su Hilux da respeto, no solo por ser el coche que ha ganado el último Dakar, sino por su anchura (2,2 metros), ruedas de 37 pulgadas y suspensiones con 370 mm de recorrido. Es verdad que el sonido de su motor gasolina V6 biturbo no llama tanto la atención como el del Hilux V8 de Esteve, pero Nasser nos asegura que en términos de rendimiento no tiene nada que envidiar a su viejo Hilux, de hecho, el qatarí nos aseguró que este bloque es capaz de entregar unos 600 CV sin limitaciones, aunque claro, con semejante potencia no queremos imaginar cuál sería el gasto de combustible, puesto que, con su especificación actual, en la que desarrolla unos 400 CV, consume alrededor de 100 litros a los 100 km cuando afronta las dunas del desierto.
Una vez dentro, queda claro que estamos ante un coche todavía más serio que el Esteve. Hace más calor por culpa del motor central, que resta espacio para las piernas debido a su ubicación, el habitáculo es más ancho y estamos sentados más altos, pero apenas tenemos tiempo de fijarnos en más detalles porque Al-Attiyah arranca como una exhalación para entrar de lado al circuito y en cuestión de segundos nos encontramos por los aires, volando todavía más alto que con Isidre.
Parecía que la experiencia con el de Lleida no se podía superar, pero el Hilux de Nasser es todavía más salvaje y el qatarí consigue que pasemos miedo, al mismo tiempo que nos asombra la facilidad que demuestra al volante, llevando el Hilux de lado con una sola mano, saludando con la otra mientras grabamos como podemos la experiencia con el teléfono móvil. Simplemente espectacular.
Unas horas después de enseñarnos lo que pueden hacer sus Hilux, ambos reservaron unos minutos para hablarnos del futuro. El objetivo de Nasser e Isidre es volver al Dakar el año que viene con Toyota Gazoo Racing, en el caso del qatarí, para buscar la quinta victoria en el Dakar, de nuevo con un Hilux T1+.
Por su parte, Esteve sueña con pasar al siguiente nivel y cambiar su T1.1 por un T1+, aunque, si el año que viene vuelve con su coche actual, buscará mejorar el resultado de la última edición y acabar entre los 20 primeros. Hasta entonces, ambos seguirán luchando por las victorias en el Campeonato del Mundo y las diversas pruebas en las que competirán los dos pilotos a lo largo de este año.