En el mundo del deporte de alto rendimiento, alcanzar la cima suele llevar a los protagonistas a celebrar sus logros a lo grande, especialmente cuando se trata de una hazaña en la que han puesto todo su empeño y sacrificio. Deportistas como Fernando Alonso e Ilia Topuria no solo comparten la adrenalina de sus disciplinas —la Fórmula 1 y la UFC, respectivamente—, sino también una debilidad por los superdeportivos.
Este modelo, fabricado en una edición ultralimitada de tan solo 88 unidades, es uno de los coches más deseados y exclusivos de la firma británica. Topuria, campeón de la UFC en su categoría Peso Pluma, decidió premiarse con uno de estos vehículos tras su reciente victoria, mostrando que los grandes triunfos merecen celebrarse a la altura de su esfuerzo.
1Aston Martin V12 Speedster: el superdeportivo más exclusivo
Cuando hablamos del Aston Martin V12 Speedster, no estamos ante ningún coche. Este modelo fue diseñado con el propósito de capturar la esencia de la velocidad y la sofisticación, convirtiéndose en una pieza de colección que pocos podrán ver, y aún menos, tener la oportunidad de conducir. Su biplaza sin techo ni parabrisas se inspira en los aviones de combate y en los clásicos modelos de carreras de la marca británica, aportando una estética futurista y atrevida que no deja a nadie indiferente.
Bajo el capó de este Speedster se encuentra un poderoso motor V12 de 5.2 litros que desarrolla 710 caballos de potencia, capaces de llevar a este bólido de 0 a 100 km/h en apenas 3.5 segundos y de alcanzar una velocidad máxima que supera los 300 km. /h. Estas cifras ponen al V12 Speedster a la altura de los modelos más rápidos de su clase, con una capacidad de aceleración que muchos coches deportivos de competición no podrían igualar.
Para disfrutar de esta potencia en estado puro, el conductor y el copiloto deben llevar casco, ya que la ausencia de techo y parabrisas en este modelo elimina cualquier barrera entre el vehículo y la carretera, creando una experiencia de conducción extremadamente envolvente y sensorial. Este detalle añade aún más emoción y exclusividad al V12 Speedster, haciendo que conducirlo se asemeje a pilotar un avión a ras del suelo.