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El superdeportivo que encandiló a Franco y que se hacía llamar el ‘Ferrari español’

Un superdeportivo que nació, fruto de la ambición mas que de la necesidad, durante la posguerra civil española, al albur de un regimen autárquico, en donde la hambruna y la reindustrialización eran los principales problemas a resolver.

Un sueño roto, que no evitó por otra parte que la marca Pegaso, como fabricante de vehículos pesados, tuviera la relevancia necesaria para impulsar gran parte de la economía nacional.

La belleza del Pegaso Z 102, diseñado por Ricart, fue suficiente para que el dictador Franco, se sirviera de la factoría, para regalar varios modelos, a relevantes personajes de la época.

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Franco y su interés en Pegaso Z-102

Pegaso Z 102

En el contexto de la dictadura de Franco, el interés por el Pegaso Z-102 fue notable. Francisco Franco encargó dos unidades, una para regalar a Eva Perón y otra para el militar y presidente de Portugal, Craveiro Lopes. Estos eventos contribuyeron a la proyección internacional del vehículo.

La historia del Pegaso Z-102 llegó a su fin en 1957, siendo reemplazado por el Pegaso Z-103. Aunque se intentó continuar, la producción de deportivos se detuvo en 1958, con la destrucción de planos y trabajo técnico, considerando que el modelo no había amortizado su costo.

Aunque la era del Pegaso Z-102 fue breve, su legado perdura como un hito en la historia automotriz española. La combinación de ingeniería innovadora, diseño único y desafíos en la pista dejó una marca indeleble en la memoria de los entusiastas de los automóviles clásicos. Pegaso Z-102, más allá de la carretera recta, sigue siendo un símbolo del ingenio y la ambición de una época pasada.

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