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Suzuki Vitara. Cuestión de principios

Si usted busca un coche compacto que se desenvuelva con la misma facilidad tanto en ciudad como en carretera, o fuera de ella, piense en el Suzuki Vitara. El nuevo modelo de la marca japonesa viene a situarse en el segmento de los Renault Captur, Peugeot 2008, etc, identificándose por un contundente estilo exterior, típico de vehículo todoterreno, con detalles propios de las anteriores generaciones Vitara e incluso ciertas posibilidades de personalizar su aspecto, como dos tipos de parachoques frontal, diversas tonalidades para las molduras del interior o carrocería bicolor.

Se sitúa en el segmento de los pequeños crossover

Con 4,17 m de longitud, 1,61 m de altura y 2,50 m de distancia entre ejes, el Vitara se mete de lleno en el Segmento B-SUV. Pero esa estética tan particular le diferencia de sus rivales, con un aspecto sólido, acentuado por una considerable altura libre al suelo de 18,5 cm, superior incluso a la del Nissan Juke.

El contraste respecto a sus competidores no es sólo estético. Las líneas más cuadradas del Vitara permiten obtener un habitáculo muy aprovechable en altura y anchura (atrás, como un Segmento C) incluso para 3 personas, quizás por ello no incorpora reposabrazos; y esos pocos centímetros más de longitud exterior que exhibe le proporcionan un espacio longitudinal para los pasajeros de atrás digno de algunas berlinas. Aunque la accesibilidad podría ser mejor, sus excelentes plazas traseras constituyen una de las bazas del nuevo modelo, que ofrece asimismo un maletero bastante aceptable de 375 litros de capacidad; la configuración es muy funcional, con un doble fondo que permite obtener una plataforma de carga plana al abatir los respaldos del asiento posterior, y espacio suficiente bajo el suelo para una rueda de repuesto de uso temporal.

Con dos motores 1.6

Otra de las ventajas del diseño Vitara se aprecia en cuanto iniciamos la marcha: la visibilidad es muy buena en todos los sentidos, lo que no es hoy moneda corriente, como también es adecuada la posición de conducción. La unidad probada incorporaba motor diésel, el moderno 1.6 de origen Fiat con especificaciones Euro6, nuevo sistema de recirculación de gases de escape y turbo de geometría variable con control electrónico; podría estar mejor aislado acústicamente y vibrar un poquito menos al acelerar a bajo régimen, pero su rendimiento es brillante, muy bien secundado con un cambio manual de 6 relaciones, y la respuesta es inmediata gracias a su contundente par. La otra propuesta es el motor M16 de gasolina, con similar cilindrada y potencia pero la mitad de par; el cambio puede ser manual de 5 velocidades o automático de convertidor de par (no CVT), con unos consumos muy discretos. Ambos motores se combinan con transmisión 4×2 ó 4×4. La tracción a las 4 ruedas es el otro signo distintivo frente a otros modelos de la categoría de sólo tracción delantera.

La nueva plataforma empleada (similar a la del Suzuki S-Cross) es la gran aliada del Vitara. Incorpora aceros de alta elasticidad, de hasta 1.500 MPa (Mega Pascal), ligeros y de gran rigidez torsional. A igualdad de motor y transmisión, por ejemplo, su peso es 175 kilos inferior al del Jeep Renegade. Dinámicamente, el Vitara se comporta con precisión, los movimientos de la carrocería están bien controlados, la dirección es bastante directa con 3 vueltas de volante entre topes, y el cambio se maneja con precisión.

Calidad y equipamiento

En el interior, los plásticos del salpicadero y de las puertas son de tacto duro y… duradero, todo con un diseño muy funcional. La seguridad se ve respaldada por 7 airbags, y según niveles de equipamiento (que serán 3) podrá contar con sistema activo de frenada de emergencia, control de crucero adaptativo y pantalla táctil entre otros elementos.

Concebido con tecnologías vanguardistas y conservando valores tradicionales de su marca, el nuevo Vitara se percibe como uno de los más apetecibles modelos de Suzuki.

Podrán comprobarlo cuando llegue a los concesionarios en el próximo mes de marzo.