El tacógrafo es un dispositivo que ha sido fundamental para la seguridad y la regulación del transporte por carretera desde su invención. Introducido por primera vez en la década de 1950, el tacógrafo mecánico registraba la velocidad y los tiempos de conducción y descanso de los conductores de vehículos comerciales en discos de papel.
Con el tiempo, este dispositivo se ha ido perfeccionando, pasando del formato analógico al digital en 2006, y más recientemente al tacógrafo inteligente de segunda generación. Esta evolución no solo ha mejorado la precisión y la fiabilidad de los datos registrados, sino que también ha reforzado la seguridad vial y la transparencia en las operaciones de transporte.
3Las multas en los corredores
Por ejemplo, en España, conducir sin un tacógrafo homologado en el Corredor Mediterráneo puede resultar en una multa de hasta 2.001 €. En Francia, las penalizaciones son aún más severas, pudiendo llevar a un año de prisión o una multa de 30.000 €. En Italia, las multas pueden oscilar entre 866 € y 3.464 €. Estas sanciones reflejan la gravedad con la que se toma la seguridad y la regulación del transporte por carretera en estos países.
El Corredor Mediterráneo, una ruta de más de 6.000 km que cruza seis países europeos, es crucial para las empresas de transporte ya que asegura una conectividad fluida entre puertos, ciudades, zonas industriales y logísticas. La obligatoriedad de equipar los vehículos con el nuevo tacógrafo inteligente de segunda generación en esta ruta refuerza la importancia de la seguridad y la transparencia en el transporte internacional. De manera similar, el Corredor Atlántico, que abarca una distancia de 8.200 km y conecta España, Francia, Alemania, Portugal e Irlanda, también exige el uso del tacógrafo inteligente, con sanciones que pueden variar desde multas hasta penas de prisión, dependiendo del país.