El alcohol y la conducción son una mezcla letal. Más de la mitad de los accidentes de tráfico lo tienen como protagonista, un dato alarmante que refleja una realidad difícil de combatir. Aunque algunos países han avanzado en la lucha contra esta lacra, fomentando figuras como el conductor abstemio o el uso de transportes alternativos, todavía queda un largo camino por recorrer.
1El alcohol al volante: un enemigo mortal
¿Por qué es tan peligroso al volante? Por partida doble. Primero, afecta directamente las capacidades de quien conduce: desde el tiempo de reacción hasta la agudeza visual y auditiva. Segundo, tiene un impacto biológico crucial: inhibir la coagulación sanguínea, lo que agrava las lesiones en caso de accidente. No es casualidad que más del 50 % de los fallecidos en accidentes presenten restos en sangre.
En este contexto, los expertos coinciden en que la educación es clave. Desde la infancia, se debe inculcar la gravedad de mezclar alcohol y conducción. Países con sólidas políticas de seguridad vial demuestran que una buena formación puede marcar la diferencia.
