El consumo de alcohol y la conducción son una combinación peligrosa que las autoridades han tratado de regular con leyes claras y estrictas. En los últimos años, varios países han endurecido sus normativas para reducir accidentes, y España no ha sido la excepción. Aunque el Gobierno ha anunciado cambios importantes en los límites de alcoholemia, estos no entrarán en vigor hasta 2025.
Mientras tanto, hay que decir que es crucial que los conductores se familiaricen con los límites actuales y las sanciones asociadas. Además, entender cómo afectan estos niveles de alcohol a la capacidad de conducir puede salvar vidas.
3Cómo afecta el alcohol a la conducción
El alcohol altera significativamente las capacidades psicomotoras. Incluso en pequeñas cantidades, afecta la percepción, disminuye la capacidad de reacción y aumenta la confianza de forma irreal, lo que puede llevar a conductas imprudentes.
Por ejemplo, con una tasa de 0,3 g/l, un conductor puede experimentar problemas para calcular distancias. Con una tasa de 0,5 g/l, la coordinación comienza a deteriorarse, y a partir de 0,8 g/l, los efectos se vuelven severos, aumentando el riesgo de accidentes de forma exponencial. Por ello, la mejor decisión siempre será evitar el consumo de alcohol si se va a conducir.