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T&E no es optimista con el VE: China arrasará a Europa, donde 880.000 coches eléctricos no se producirán

La transición hacia la movilidad eléctrica se encuentra en un punto crítico. Mientras que la Unión Europea (UE) busca equilibrar la protección del medio ambiente con la competitividad de su industria automotriz, surgen interrogantes sobre si las políticas actuales son lo suficientemente ambiciosas. El grupo ecologista T&E ha levantado la voz, advirtiendo que el posible debilitamiento de los objetivos de CO2 en la UE podría frenar significativamente la adopción de vehículos eléctricos (VE) y dar una ventaja aún mayor a China en el mercado global.

El impacto de la flexibilización de los objetivos de CO2

Según los análisis de T&E, la flexibilización del «Plan de Automoción de la UE» podría traducirse en una reducción de hasta 880.000 vehículos eléctricos vendidos entre 2025 y 2027. Esta cifra alarmante pone de manifiesto el riesgo de que Europa se quede rezagada en la electrificación de su parque automovilístico, un objetivo clave para cumplir con los compromisos climáticos y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

«La industria del automóvil ya está pidiendo más concesiones antes de que se seque la tinta de este plan», señala Julia Poliscanova, directora sénior de vehículos y movilidad eléctrica de T&E. «Pero los aranceles y otros obstáculos globales no se aliviarán ralentizando la electrificación. Esto solo dará a China una ventaja aún mayor en materia de coches eléctricos.»

La preocupación radica en que, al reducir la presión sobre los fabricantes de automóviles para que produzcan y vendan vehículos eléctricos, se diluye el incentivo para innovar y desarrollar tecnologías más limpias. Esto podría tener consecuencias a largo plazo para la competitividad de la industria automotriz europea, especialmente frente a un competidor tan dinámico como China, que está invirtiendo masivamente en la electrificación.

Impulso a las baterías: ¿Suficiente y a tiempo?

En un intento por impulsar la producción de baterías en Europa, la Comisión Europea ha anunciado una inversión de 1.800 millones de euros provenientes del Fondo Europeo de Innovación. Si bien esta medida es vista como un paso positivo, T&E considera que es «poca» y que llega «demasiado tarde».

La demanda de baterías para vehículos eléctricos está en constante aumento, y los productores europeos se enfrentan a una dura competencia global. Los subsidios en otros países y la falta de igualdad de condiciones dificultan su capacidad para competir en precio y escala.

T&E estima que se necesitan al menos 100 GWh de capacidad de baterías para satisfacer la creciente demanda de vehículos eléctricos en Europa y garantizar que la industria automotriz europea pueda competir a nivel mundial. Sin una inversión más ambiciosa y una estrategia a largo plazo, Europa corre el riesgo de depender de proveedores extranjeros de baterías, lo que podría comprometer su autonomía estratégica y su capacidad para liderar la transición hacia la movilidad eléctrica.

La electrificación de flotas: Un catalizador clave

Uno de los aspectos más prometedores para acelerar la adopción de vehículos eléctricos en Europa es la electrificación de las flotas corporativas. La Comisión Europea tiene previsto proponer una ley de la UE para fomentar la adopción de vehículos eléctricos en las flotas de las empresas.

Según el análisis de T&E, establecer objetivos de electrificación vinculantes para las grandes flotas podría impulsar significativamente las inversiones de los fabricantes de automóviles de la UE en la producción de vehículos eléctricos. «La electrificación de flotas para grandes empresas podría garantizar la demanda de más de 2 millones de coches eléctricos para los fabricantes de la UE en 2030», señala T&E en su evaluación.

Actualmente, solo el 13,6% de los vehículos de flotas en Europa son eléctricos, lo que indica un enorme potencial de crecimiento. La electrificación de flotas no solo reduciría las emisiones de CO2, sino que también estimularía la demanda de vehículos eléctricos, lo que a su vez impulsaría la innovación y la competitividad de la industria automotriz europea.

«Es muy importante que la UE proponga este año una ley para acelerar la electrificación de los coches de empresa y del sector logístico», ha declarado Stef Cornelis, director de flotas eléctricas de T&E«No solo es la decisión correcta para reducir las emisiones rápidamente, sino que reforzará la competitividad de Europa.»

Estrategias para el futuro: Más allá de la electrificación

Si bien la electrificación es un pilar fundamental de la transición hacia la movilidad sostenible, es importante considerar otras estrategias complementarias para reducir las emisiones de CO2 y mejorar la calidad del aire en las ciudades europeas.

Políticas de tarificación vial: Establecer peajes urbanos y otras medidas de tarificación vial puede desincentivar el uso del automóvil en zonas congestionadas y fomentar el uso de alternativas más sostenibles.

Fomento del transporte público: Invertir en sistemas de transporte público eficientes y asequibles puede reducir la dependencia del automóvil y disminuir las emisiones.

Promoción de la movilidad activa: Incentivar el uso de la bicicleta y caminar puede mejorar la salud pública y reducir la congestión del tráfico.

Desarrollo de infraestructuras de recarga: Es fundamental ampliar la red de estaciones de recarga para vehículos eléctricos, especialmente en zonas urbanas y en carreteras principales.

Apoyo a la investigación y el desarrollo: Invertir en tecnologías innovadoras, como baterías de próxima generación y sistemas de propulsión alternativos, puede acelerar la transición hacia la movilidad sostenible.