La tecnología avanza a pasos agigantados y la Dirección General de Tráfico (DGT) no se queda atrás. A fin de mejorar la seguridad en las carreteras españolas, ha empezado a utilizar una innovación basada en el Internet de las Cosas (IoT). No se trata de nuevos radares ni de controles de velocidad, sino de conos conectados.
Además de advertir sobre la ubicación de las zonas de trabajo en la carretera, estos dispositivos mejoran la gestión de las obras, optimizan los recursos y reducen el riesgo de accidentes, tanto para los conductores como para los trabajadores de la vía. Pero, ¿como funcionan exactamente? En este artículo, analizamos en detalle esta tecnología de vanguardia.
1Los conos conectados: revolución en la seguridad vial
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La DGT está implementando en las carreteras un sistema de conos conectados que marcan el inicio y final de los tramos en obras. Estos dispositivos se pueden usar tanto en autopistas de alta velocidad como en carreteras secundarias con menos infraestructura; y, gracias a su tecnología IoT, pueden transmitir información en tiempo real sin necesidad de intervención humana.
La información recabada por estos conos se envía directamente al Punto de Acceso Nacional de Información de Tráfico y Movilidad (NAP), para una mejor organización de las obras y una mayor coordinación de los procesos de mantenimiento. Ello supone una optimización de los tiempos de actuación, que se traduce en una mayor seguridad y eficiencia en la vía.