Eventualmente, en una época en la que proliferan los viajes largos, el suceso es muy común. Tras largos kilómetros y cansancio, te despistas o no prestas la suficiente concentración y, de repente, ves un radar. Por ende, el efecto inmediato es mirar la velocidad a la que circulas y, ahí, es cuando en muchas ocasiones llega la duda. ¿Me habrá pillado? Desde ese momento, queda regresar a casa y esperar por si hay o no notificación de la infracción.
A continuación, en el artículo te daremos más información sobre esta habitualidad que pone en vilo a los conductores.
2¿Qué pasa si sobrepasamos el límite de algún radar?
En resumen, lo más habitual es que la notificación nos llegue a nuestra dirección de correo postal, es decir, a nuestro domicilio. Por dicho motivo, cuando no tenemos la seguridad de haber respetado los límites de velocidad de un radar, cada vez que abrimos el buzón de la correspondencia y vemos que contiene algo, pensamos que nos puede haber llegado un aviso de sanción. Pero, ¿en qué ocasión dejamos de sufrir por este motivo?