Uno de los todoterrenos más exitosos de la historia, el Toyota Land Cruiser, sigue destacando en su segmento por su capacidad de combinar calidad, durabilidad y fiabilidad. Para continuar con esta línea, se ha reforzado con un motor diesel de 2.8 litros más potente, mejoras tecnológicas y la incorporación a la gama de un Black Pack, con detalles estéticos exclusivos.
Con la nueva motorización 2.8D, la potencia se ha incrementado en 27 CV, hasta los 204 CV a 3.000-3.400 rpm, y el par máximo ha aumentado 50 Nm, llegando hasta los 500 Nm a 1600-2800 rpm. Asociado a una transmisión automática de seis velocidades, puede pasar de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos (mejora de 3 segundos) y alcanzar una velocidad máxima de 175 km/h. Además, gracias a la tecnología Stop & Start ha reducido su consumo medio a 7,0 l/100 km.
En su interior, se ha incorporado un sistema multimedia más avanzado, con una respuesta de pantalla más rápida, una pantalla multitáctil y una vista de inicio personalizable. Además, se puede asociar con Apple CarPlay y Android Auto. Para completar el apartado tecnológico, viene equipado con la segunda generación del conjunto de tecnologías de seguridad activa Toyota Safety Sense.
Black Pack exclusivo
El Land Cruiser ahora se beneficia del Black Pack, que incluye un acabado cromado oscuro integral en la parrilla frontal y el embellecedor posterior, faros antiniebla biselados, retrovisores exteriores y molduras a media altura de las puertas en negro y grupos ópticos traseros claros. Además, en el interior destaca una consola central y un tratamiento del túnel central en negro.
