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Toyota reduce en un tercio sus planes de producción de coches eléctricos

Los planes de electrificación de los fabricantes de coches no se abandona, pero sí parece que se dilatan. La implantación de los coches eléctricos no está teniendo la velocidad que se esperaba y el mercado no crece al ritmo que se había marcado. Por eso, la mayoría de marcas busca poner en funcionamiento planes alternativos; las fechas ya no son tan estrictas y en muchos casos lo que se busca es ganar tiempo e ir más despacio. Así es el caso de Toyota, que, según publica el diario japonés Nikkei ha revisado a la baja su proyección de producción global de coches eléctricos para 2026.

Y no es una revisión cualquiera, pues el nuevo objetivo se establece en un millón de vehículos eléctricos durante los próximos dos años, lo que representa una reducción de 500.000 unidades respecto a las previsiones iniciales. Un tercio menos de producción de coches eléctricos a nivel mundial que refleja no solo la estrategia interna de la propia compañía, sino también una respuesta a la disminución en el interés por parte de los consumidores en general.

Fábrica de Toyota

En el último año, Toyota solo logró vender alrededor de 104.000 vehículos eléctricos, lo que representa aproximadamente el 1% del total de sus ventas a nivel global. Este dato es revelador y plantea interrogantes sobre la viabilidad de los planes de electrificación a corto plazo. La tendencia parece mostrar que, a pesar de las proyecciones optimistas al principio de la transición hacia vehículos más sostenibles, la adopción a gran escala no ha conseguido despegar.

No solo Toyota, los fabricantes revisan sus estrategias

La decisión de Toyota no es más que otro ejemplo de lo que está pasando en el sector, no es una decisión aislada, sino que se inscribe en una tendencia según la cual numerosos fabricantes están reconsiderando sus planes de electrificación. La más reciente en revisar sus planes ha sido Volvo, que acaba de anunciar que abandonará su objetivo de vender únicamente automóviles totalmente eléctricos para el final de la década. En su lugar, establece una nueva meta que prevé que entre el 90% y el 100% de sus ventas para 2030 sean coches electrificados, lo que incluye tanto vehículos totalmente eléctricos (BEV) como híbridos enchufables (PHEV).

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Porsche también ha admitido dificultades en el cumplimiento de sus objetivos de venta de coches eléctricos, que inicialmente pretendía alcanzar un 80% para 2030. Actualmente, la firma alemana ha recalibrado sus expectativas, estableciendo que este objetivo se alcanzará “a lo largo de la década”, aunque no ha ofrecido un calendario preciso.

En Italia, Stellantis ha disminuido en un 36% la producción de vehículos eléctricos en el primer semestre del año. Además, Mercedes-Benz ha señalado una vez más que sus ambiciosos planes de electrificación programados para 2030 se están enfrentando a serios retrasos, en parte debido al debilitamiento del mercado y las dificultades de adaptación que enfrentan muchas empresas.

En Estados Unidos, el panorama no es más alentador. Grandes fabricantes como Ford y General Motors han optado por retrasar o cancelar el desarrollo de nuevos modelos eléctricos. Este parón en la producción responde a la necesidad de escalar la producción y reducir costos, acciones que son esenciales para adaptar la infraestructura necesaria para esta transición.

Esta decisión de la marca japonesa parece confirmar que viaje hasta el coche eléctrico no va a ser tan rápido como muchos pensaban. Y si Toyota, líder mundial va despacio….