En el mundo de los motoristas, los conductores desarrollan un agudo sentido de observación y creatividad cuando se trata de evitar las molestias cotidianas del tráfico. Los atascos, los largos tiempos de espera en los semáforos y las normas que parecen diseñadas para ralentizar la movilidad son solo algunos de los obstáculos a los que se enfrentan diariamente.
En ese contexto, surge un “trucazo” que solo los motociclistas más experimentados conocen: evitar detenerse por completo en un semáforo rojo sin infringir técnicamente la ley. Y lo sorprendente no es solo la táctica en sí, sino la pasividad de los agentes de tráfico que, en ocasiones, permiten que suceda, más allá de que claramente se trate de un recurso para no respetar un semáforo en rojo.
El video del motorista y su «trucazo»
El escenario es fácil de imaginar: un motorista detiene su moto frente a un semáforo en rojo. Las luces indican que es momento de esperar, pero el motorista no tiene la paciencia para hacerlo. En lugar de quedar estático, opta por una solución ingeniosa y peculiar. Manteniendo las manos en el manillar y los pies en el suelo, comienza a caminar lentamente con la moto a través del cruce peatonal. Lo hace con cuidado, sin acelerar ni desafiar abiertamente las normas, y cuando ha pasado el peligro del cruce, vuelve a subirse a la moto y sigue su camino como si nada hubiera pasado.
Este truco, aunque no es una práctica oficial ni recomendada, es conocido por muchos motoristas, quienes lo consideran una especie de «vacío legal» en las normas de tráfico. Técnicamente, el conductor no está violando el semáforo porque ha dejado de ser un “vehículo motorizado” para convertirse en un peatón que camina al lado de su moto. Sin embargo, este movimiento, que en el papel parece sencillo, requiere una destreza y un sentido del momento adecuados para no levantar sospechas ni enfurecer a otros conductores.
¿Los controladores del tránsito pueden hacer algo para evitar esto?
Lo que resulta aún más intrigante es la indiferencia con la que las autoridades, en algunos casos, observan esta maniobra. Como bien saben los motoristas, el éxito del “trucazo” no solo depende de la habilidad para realizarlo con fluidez, sino también de la situación en la que se encuentren. En ocasiones, incluso con un patrullero al lado, los motoristas logran cruzar de esta manera sin recibir una multa o advertencia.
En un claro ejemplo de esto, un motorista fue visto aplicando este truco en plena intersección, mientras un coche patrulla se encontraba justo al lado, aparentemente sin prestarle atención. ¿Por qué, entonces, los agentes de tráfico parecen mirar para otro lado? Una posible explicación es que, en términos técnicos, el motoclista de Estados Unidos no está conduciendo su vehículo en ese momento. Los agentes de tráfico podrían considerar que, al caminar con la moto, el motorista no está violando la ley de tráfico, y la maniobra no representa un peligro inminente para otros usuarios de la vía.
