¿No te ha pasado nunca? Si es así no sabes lo afortunado que eres… Sufrir un pinchazo es una mala experiencia a la que casi todos los conductores se enfrentan una vez en la vida. Los neumáticos, al estar siempre en contacto con el asfalto, tienen esto. Sufrir daños al circular por ciertas zonas más deterioradas, tener la mala fortuna de pasar sobre un clavo o, tan solo, fruto de un mal mantenimiento… Da igual. Todo aquel al que se le ha pinchado una rueda ha pasado por esta especie de odisea.
El percance, además, suele terminar con una costosa visita al taller. Por no hablar de la pérdida de tiempo y dinero que supone. Pero quizás, si has optado por el plan más económico, a lo mejor has podido percatarte de que arreglar un neumático pinchado no tiene por qué ser un trabajo difícil, ni mucho menos.
2Cómo saber si el neumático ha pinchado: la dirección se endurece
¿Cómo podemos darnos cuenta de que hemos pinchado una rueda cuando estamos en marcha? Hay una señal que es clave para responder a esta gran pregunta y poder deducir que hemos sufrido un pinchazo, aunque este sea ligero, casi imperceptible. Tras el cambio gradual de presión que empezará a sufrir la rueda pinchada, comprobarás que la dirección del vehículo se va a endurecer mucho y el vehículo se desviará hacia un lado.