Uno de los fallos más comunes a la hora de pasar la ITV es no superar la prueba de humos. Los coches diésel son los que tienen más suspenden en el análisis de gases, pero los gasolina también pueden tener dificultades de opacidad, especialmente si se trata de modelos con cierta edad. Sea cual sea tu automóvil, siguiendo un sencillo truco evitarás un resultado negativo en la prueba de humos.
La prueba de humos se ha convertido en el reto más complicado para pasar la ITV, al menos para los coches que no son nuevos. Los valores de la prueba de humos son más permisivos con los coches más viejos y dependen de la normativa de contaminación europea que estaba en vigor cuando se fabricó el vehículo: Euro 3, Euro 4, Euro 5, etc. Los límites también responden al tipo de motor: diésel atmosférico, diésel turboalimentado, gasolina, si lleva filtro anti partículas o no, etc. La ficha técnica del vehículo establece este valor.
4El motor necesita cierta alegría
Si se pone en práctica esta técnica habitualmente, es poco probable que la prueba de humos de la ITV suponga un problema. Conducir despacio ayuda a ahorrar gasolina, pero si se abusa de las marchas largas y el motor siempre gira a un régimen bajo, el remedio puede ser peor que la enfermedad. No solo por el rechazo en la ITV, también por posibles averías derivadas de esa acumulación de suciedad, por no hablar de los fallos en el filtro anti partículas.
Precisamente este es el truco que no te tiren en la ITV por la prueba de humos. Antes de acudir a la estación de ITV, es recomendable darse un buen paseo con el coche. De esta forma, el motor y el catalizador alcanzan la temperatura óptima de funcionamiento y la emisión de gases es más contenida.
Lo ideal es que, durante ese paseo, se mantenga un régimen de giro elevado del motor para limpiar toda la carbonilla. Una buena forma de hacerlo es salir a la autovía y circular durante unos minutos en cuarta marcha, incluso en tercera si se trata de un coche de gasolina.