Los accidentes de tráfico siguen a la orden del día pese a que las cifras hayan bajado en los últimos años. En 2021 fallecieron 1.004 personas y otras 3.728 resultaron heridas de gravedad, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Los números dicen que es el segundo mejor registro de la serie histórica, tan solo por detrás del 2020, cuando la pandemia fue un tanto culpable a la hora de distorsionar las estadísticas, pero tomando como referencia 2019, los fallecidos disminuyeron un 9%.
Las causas de los siniestros de tráfico son diversas. El consumo de alcohol y drogas, el exceso de velocidad o las distracciones a causa del teléfono móvil lideran los rankings de motivos que la DGT conoce perfectamente y por eso intenta ponerles mayor coto a través de la nueva ley de tráfico. Eso sí, en ocasiones el causante del siniestro se da a la fuga para eludir cualquier responsabilidad y entramos en otro escenario.
4EDR, la caja negra en los coches
Desde el 6 de julio de 2022, la nueva normativa de la Unión Europea obliga a que todos los coches de nueva homologación cuenten con sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS), que tienen como fin mejorar la seguridad vial. Uno de ellos es el Registrador de Eventos de Datos (EDR). ¿En qué consiste? En la práctica, es una especie de caja negra que facilita información sobre los momentos anteriores y posteriores de un accidente.
Aunque ‘per se’ no puede evitar accidentes, los expertos apelan a su importancia porque registra parámetros trascendentales que intervienen en la reconstrucción de un siniestro y su eficacia ya se ha demostrado en los coches que equipan este sistema. Facilitar la vida a los agentes en las investigaciones siempre será una buena noticia en pos de la justicia…. y de que el culpable no se salga con la suya.