Imagina un futuro donde cruzar el Estrecho de Gibraltar en tan solo 20 minutos es una realidad. Aunque parezca una utopía, los avances en ingeniería como el túnel de carretera más largo del mundo, recién inaugurado en China, nos demuestran que la tecnología ya está abriendo paso a proyectos que antes parecían imposibles. Pero no te emociones demasiado: este titular no es más que una comparación. España y Marruecos no tienen planes de construir un túnel bajo el estrecho, al menos por ahora.
Sin embargo, la reciente hazaña de China en la región de Xinjiang, donde han concluido la construcción de un túnel de 22,13 kilómetros a través de las montañas Tianshan, nos hace soñar con lo que la ingeniería moderna podría lograr en cualquier parte del mundo.
2Inspiración para un proyecto transcontinental
Aunque el túnel bajo el Estrecho de Gibraltar sigue siendo un sueño, proyectos como el de Xinjiang nos recuerdan que la infraestructura puede ser mucho más que un puente físico. Este tipo de obras tienden a generar impacto social y económico, al conectar comunidades y facilitar el comercio.
En el caso del túnel chino, se espera que aumente el acceso a mercados para los productos locales, potencie el turismo en la región y reduzca las barreras entre el norte y el sur de Xinjiang. Ahora bien, un proyecto similar en el Estrecho podría tener beneficios aún mayores, convirtiéndose en un símbolo de unión entre Europa y África, con un impacto profundo en la economía y las relaciones internacionales.