Para el futuro del automóvil, “la electrificación masiva es una parte importante de la solución por la que todos estamos avanzando, pero no es una panacea. El enemigo es la energía basada en fósiles, no una tecnología en particular”. Son las palabras con las que el presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) y consejero delegado del grupo Renault, Luca de Meo, se ha dirigido a la Unión Europea, instando a «llegar a una resolución sobre el estancamiento actual en la legislación de la UE sobre emisiones de CO2 de automóviles y furgonetas.
La normativa sobre las emisiones contaminantes que implicaría dejar de comercializar automóviles propulsados por combustibles tradicionales en 2035 –incluidos los de gasolina, diésel e híbridos– debería haberse ratificado a principios de marzo de este mes, después de que el pleno del Parlamento Europeo votara a favor a mediados de febrero, pero está paralizada tras las dudas planteadas a la misma por Alemania e Italia.
La norma sobre emisiones del automóvil, en punto muerto
En concreto, Alemania ha pedido a la Comisión Europea que se valoren los combustibles sintéticos sin emisiones (‘e-fuels’) como alternativa para propulsar los coches con motores térmicos, de modo que estos puedan seguir comercializándose más allá de 2035 en la UE.
De momento, los Veintisiete han aplazado sin fecha la aprobación formal, pero desde ACEA se urge a que sea cuando antes porque, según explican «la transformación fundamental de la industria del automóvil europea necesita seguridad en la planificación».
Desde ACEA señalan que están convencidos de que «los objetivos climáticos nacionales y europeos no deben ser cuestionados», pero subrayan que para lograrlos «la apertura tecnológica sigue siendo esencial. Europa necesita conservar la agilidad para responder a las diferentes necesidades y adaptarse a las circunstancias cambiantes». ACEA también ha hecho un llamamiento a los legisladores para que aborden las emisiones de la flota de vehículos existente en la carretera.
En este contexto, los fabricantes siguen reiterando el hecho de que la industria del automóvil de la UE está «inequívoca y totalmente comprometida» con la lucha contra el cambio climático y también han explicado que están «haciendo todo lo posible» para invertir masivamente en electrificación, desarrollar una cadena de valor, conservar puestos de trabajo y ayudar a la UE a «seguir siendo competitiva». Sin embargo, “observamos que Europa es el único área geográfica que abandonará la neutralidad tecnológica como pilar de su marco regulatorio”, ha añadido de Meo.
Por otra parte, ACEA también ha pedido a los responsables políticos que establezcan «las condiciones marco que son esenciales para una fuerte y rápida adopción en el mercado de automóviles y furgonetas de cero emisiones. Estos incluyen el acceso a las materias primas necesarias y una densa red de infraestructura de carga y reabastecimiento de combustible para estos vehículos», concluyen.