El todopoderoso Rimac Nevera, ya ostenta numerosos récords mundiales (según el último recuento, suman 23), pero parece haber alcanzado otro hito impresionante. Al recibir un correo electrónico titulado ‘Rimac record’, podríamos haber reaccionado con indiferencia, dada la abundancia de logros previos. No obstante, al leer el contenido completo, nos dimos cuenta de la extraordinaria hazaña que representa.
En esta ocasión, Mate Rimac, lejos de conformarse con establecer récords de velocidad en la dirección convencional en la que todos nos desplazamos, decidió desafiar las expectativas al lograr una velocidad increíble de 171,34 mph (275,74 km/h) mientras conducía con la marcha atrás engranada. Esta proeza tuvo lugar en las instalaciones de Automotive Testing Papenburg en Alemania.
El Rimac Nevera alcanza 275,74 km/h marcha atrás
A diferencia de muchos vehículos modernos, cuya velocidad en marcha atrás está electrónicamente limitada debido a la inestabilidad potencial, el Rimac Nevera, siendo un automóvil eléctrico con una relación de transmisión fija para avanzar o retroceder, teóricamente puede alcanzar altas velocidades en ambas direcciones.
Mate Rimac, el CEO de la compañía croata, compartió su perspectiva sobre este desafío: «Durante el desarrollo, se nos ocurrió que el Rimac Nevera probablemente sería el coche más rápido del mundo en marcha atrás, pero nos reímos un poco. Después de todo, la aerodinámica, la refrigeración y la estabilidad no habían sido diseñadas para viajar hacia atrás a gran velocidad. Pero luego empezamos a hablar de lo divertido que sería intentarlo».
Todo comenzó con risas
A pesar de las incertidumbres iniciales, las simulaciones indicaron que podrían superar los 241 km/h (150 mph), y el piloto de pruebas Goran Drndak demostró que era posible al alcanzar una velocidad de 275,74 km/h durante el intento de récord.
En sus propias palabras, Drndak describió la experiencia: «Durante la carrera, definitivamente tomó algo de tiempo acostumbrarse. Estás mirando hacia atrás viendo el paisaje alejarse cada vez más rápido, sintiendo tu cuello tirado hacia adelante en casi la misma sensación que normalmente tendrías al frenar con fuerza. Mueves el volante con mucha suavidad, con cuidado de no alterar el equilibrio, observando tu rumbo y tus frenadas señalan el espejo retrovisor, sin perder de vista la velocidad. A pesar de que la forma en que se diseñó el automóvil era casi completamente antinatural, este sensacional vehículo eléctrico logró otro récord».