La conducción nocturna es sumamente delicada por la limitación de la visibilidad. Utilizar adecuadamente las luces de tu coche es esencial. Extremar las precauciones por la noche supone minimizar los riesgos de accidente. Y para ello resulta fundamental disponer de un sistema de alumbrado adecuado y, por supuesto, tenerlo en perfecto estado de uso.
Pero además hay que utilizarlo de manera adecuada, de forma que aprovechemos al máximo las posibilidades de alumbrado de nuestro vehículo, pero sin perjudicar al resto de conductores. Los deslumbramientos, los fallos en el funcionamiento de los faros y mandos de acción, las bombillas fundidas y otros problemas nos pueden llevar a situaciones complicadas, incluso provocar un accidente. Además, si no utilizas bien las luces de tu coche, la DGT te puede multar con 200 euros.
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Reglamento de Circulación: las luces y su uso
El Reglamento de Circulación establece dos directrices principales en cuanto al uso de la luces del coche. Obligatoriamente se deben llevar encendidas desde la puesta de sol. Y también, en circunstancias de baja visibilidad por climatología y en túneles. El uso de alumbrado no prohibido y que no se refleja en el reglamento, será regulado por las especificaciones en el reglamento general de vehículos.
Por el tipo de luces a usar y las circunstancias, se deberá contemplar los siguientes escenarios: Durante las horas diurnas (entre el amanecer y el ocaso), diversas situaciones también obligan a llevar activas las luces de cruce; al circular por túneles, pasos inferiores o tramos señalizados como con la señal de Túnel (S-5). En carriles reversibles, adicionales o en los habilitados en sentido al contrario de la marcha para mejorar la fluidez del tráfico. En vías insuficientemente iluminadas o en condiciones de poca visibilidad (por ejemplo, en lluvia). En España no son obligatorias las luces de día, como en otros países en determinadas épocas. Pero cada vez más coches disponen de luces diurnas.
