¿Sabías que podrías formar parte de la “Flota Gris” sin siquiera saberlo? Este término se refiere a un conjunto de coches particulares que se utilizan para fines laborales. No estamos hablando de coches de empresa ni de vehículos de renting, sino de nuestros propios coches, que muchos usamos cada día para desplazamientos profesionales sin darnos cuenta de que estamos formando parte de una «flota».
Un estudio realizado por Continental y la Fundación CEA revela que más del 80% de los encuestados desconocen el concepto de “Flota Gris”, aunque 7 de cada 10 forman parte de ella. Pero ¿por qué es importante entender este fenómeno? Además de afectar al bolsillo de los trabajadores, la Flota Gris tiene un impacto en el medio ambiente, la seguridad vial y, por supuesto, en la economía de las empresas. Es momento de ponerle nombre y voz a esta realidad.
2Kilómetros y compensaciones: ¿Quién paga el costo?
El kilometraje mensual promedio que realiza un conductor de la Flota Gris para trayectos laborales se sitúa entre los 50 y 300 kilómetros, y más de la mitad de estos conductores recorren más de 150 kilómetros mensuales en desplazamientos profesionales. Este uso intensivo implica un desgaste notable en el vehículo y genera costos de combustible, mantenimiento y estacionamiento que muchas veces recaen en el propio trabajador.
Aunque el 60% de los conductores recibe algún tipo de compensación por parte de sus empresas, esto suele limitarse a una cantidad fija mensual o un reembolso basado en los kilómetros recorridos. Pocas empresas facilitan una alternativa, como el alquiler de vehículos o el uso de taxis, lo que lleva a que la mayoría de los trabajadores terminen utilizando sus propios coches, absorbiendo gastos y riesgos sin la cobertura adecuada.