En un mundo donde el tráfico de coches es una constante en la vida urbana, los conductores no solo enfrentan la tarea de navegar a través de calles congestionadas y lidiar con el estrés del manejo diario, sino que también se encuentran bombardeados por una realidad que muchos no perciben a simple vista: la influencia silenciosa y persistente de las vallas publicitarias.
2Impacto en la seguridad vial
Diversos estudios han señalado que los conductores tienden a mirar las vallas publicitarias digitales con mayor frecuencia y durante más tiempo. Esta atención adicional se correlaciona con mayores ajustes en la dirección y el frenado, lo que aumenta el riesgo de accidentes. Un estudio del Centro Eno para el Transporte reveló tasas más altas de accidentes en áreas con vallas publicitarias digitales en comparación con áreas sin ellas, sugiriendo que estas señales distraen más de lo que podríamos imaginar.
La distracción causada por las vallas publicitarias no es solo una cuestión de seguridad; es una cuestión de manipulación mental. Los anunciantes comprenden el poder de la repetición y la familiaridad. Al exponer constantemente a los conductores a los mismos mensajes, estos anuncios pueden generar un sesgo inconsciente, influenciando nuestras decisiones sin que seamos conscientes de ello. Este fenómeno, conocido como el efecto de mera exposición, es una estrategia eficaz que aprovecha la repetición para grabar mensajes en nuestra memoria.