Los récords Guinness siempre han sido una fuente de asombro y admiración; y cuando se combinan con elementos nostálgicos y escenarios emblemáticos, la historia se vuelve aún más fascinante. En esta ocasión, una Vespa 50 Special del año 1979 y el olvidado óvalo de Terramar en Sitges se unieron para escribir una página memorable en el famoso libro de los récords mundiales. Acompáñanos a descubrir cómo estos dos elementos se entrelazaron para lograr un insólito récord Guinness.
2La elección del escenario
El escenario elegido para este reto no fue casualidad. El óvalo de Terramar en Sitges, un circuito abandonado con peraltes elevados, fue el lugar escogido para el intento de récord. Aunque deteriorado por el paso del tiempo, este histórico circuito de más de 100 años ofrecía las condiciones perfectas para la prueba y, lo que era mejor aún, su uso no implicaba costos económicos.
Con un trasfondo de nostalgia y significado histórico, el circuito oval de Terramar se convirtió en el escenario ideal para este audaz intento de récord.
