Viajar a mayor velocidad parece ser la solución obvia para llegar antes a nuestro destino. Muchos conductores adoptan esta lógica y pisan el acelerador para reducir el tiempo de viaje, especialmente en autovías. Sin embargo, la realidad es que los beneficios de aumentar la velocidad son mínimos comparados con los riesgos que conlleva. A continuación, analizamos si realmente merece la pena viajar a 140 km/h en vez de a 120 km/h.
3El riesgo de accidentes al aumentar la velocidad
Rebasar los límites de velocidad no solo supone un ahorro de tiempo marginal, sino que también aumenta significativamente el riesgo de accidentes. La Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda constantemente que el exceso de velocidad es una de las principales causas de siniestralidad en las carreteras. Viajar a 140 km/h en lugar de 120 km/h incrementa la gravedad de los accidentes, disminuye el tiempo de reacción y agrava las consecuencias en caso de colisión.
Además, al viajar a mayor velocidad, el control del vehículo se vuelve más difícil, y las maniobras evasivas son menos efectivas. Esto pone en riesgo no solo al conductor y sus pasajeros, sino también a los demás usuarios de la vía. Por lo tanto, el pequeño ahorro de tiempo no compensa el aumento en el riesgo de sufrir o causar un accidente grave.
