La emoción de sentir el viento en el rostro mientras conduces una moto puede ser incomparable, pero esa sensación de libertad conlleva un riesgo considerablemente más alto que conducir otros vehículos. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), un motorista tiene 17 veces más probabilidades de fallecer en un accidente que un conductor de turismo. Si reflexionamos sobre esta cifra, el panorama no parece lento: la jubilación puede convertirse en un horizonte incierto si no tomamos para priorizar la seguridad.
1Un casco de calidad: la diferencia entre la vida y la muerte
El año 2024 ha registrado un aumento de 13 fallecimientos en accidentes de moto respecto a 2023, lo que evidencia que aún queda un largo camino por recorrer en materia de seguridad vial. Uno de los factores determinantes es el uso de cascos no homologados o de baja calidad, especialmente aquellos que se adquieren en plataformas online por precios tentadoramente bajos.
La normativa europea ECE 22.06 establece estrictos estándares de calidad que los cascos deben cumplir para ofrecer una protección eficaz. Sin embargo, muchos automovilistas eligen cascos que imitan el diseño de los modelos premium, pero que no pasan ningún control de resistencia. Estudios han demostrado que estos productos falsificados son incapaces de soportar impactos mínimos, aumentando el riesgo de lesiones cerebrales graves o incluso la muerte.
