La imagen de los tractores y otros vehículos agrícolas es común en las zonas rurales de España. Sin embargo, estos gigantes de la maquinaria no solo representan fuerza y trabajo, sino también un peligro latente. En los últimos años, los titulares nos han registrado que estos vehículos están involucrados en accidentes mortales con más frecuencia de lo que creemos.
Entre 2010 y 2019, según el informe de Mapfre, 880 personas fallecieron en accidentes con vehículos agrícolas, principalmente tractores. Estos accidentes se dieron mayormente en fincas privadas, durante las actividades cotidianas de los agricultores. Pero, en las carreteras, la situación no es menos alarmante. Los datos más recientes del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT indican que, entre 2016 y 2022, las muertes anuales por accidentes viales con tractores oscilaron entre 14 y 20. En 2022, 18 personas perdieron la vida por estos accidentes.
4Reducir la siniestralidad: una tarea pendiente
Las cifras no mienten: la siniestralidad asociada a los tractores y vehículos agrícolas sigue siendo una preocupación significativa. Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se han alzado voces que reclaman inversiones en seguridad , no solo para fomentar la compra de maquinaria nueva, sino también para mejorar la seguridad de los tractores antiguos mediante la instalación de sistemas de protección.
Por otro lado, el avance de la tecnología en la conducción también puede jugar un papel importante. Los sistemas de asistencia a la conducción pueden ayudar a reducir los riesgos al volante, mientras que la conectividad permitirá que los tractores envíen señales de advertencia a otros vehículos desde distancias considerables, reduciendo el riesgo de accidentes.
Los vehículos agrícolas son una herramienta fundamental para el desarrollo del sector agrario en España, pero también representan un riesgo latente en las carreteras. Es esencial no solo mejorar las medidas de seguridad de los propios vehículos, sino también fomentar la concienciación y el respeto mutuo entre los conductores de automóviles y los operadores de maquinaria agrícola. Así, podremos reducir la siniestralidad y garantizar una convivencia segura en las vías rurales.