Al hablar de seguridad en la carretera, la mayoría de los conductores piensa en frenos, neumáticos o cinturones de seguridad. Pero hay un elemento clave que suele pasar desapercibido y cuya caducidad puede poner en peligro tu vida: el casco de moto. Aunque a simple vista pueda verse en buen estado, con el tiempo sus materiales pierden propiedades, reduciendo su capacidad de protección.
Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), un casco en óptimas condiciones puede reducir hasta un 44% las lesiones en la cabeza tras un impacto. Pero si está deteriorado o ha superado su vida útil, su eficacia disminuye drásticamente. ¿Cuándo y por qué deberías cambiarlo? A continuación, te lo explicamos.
1¿Por qué se dice que un casco de moto caduca?

A diferencia de otros accesorios de seguridad, los cascos de moto no cuentan con una fecha de caducidad impresa, pero sí tienen una vida útil recomendada. Esto se debe a los materiales con los que están fabricados, como policarbonato, fibra de vidrio o carbono, que con el tiempo pierden sus propiedades protectoras.
Los cascos de policarbonato suelen durar aproximadamente cinco años desde su fabricación, ya que los materiales plásticos tienden a deteriorarse más rápidamente. En cambio, los de fibra de vidrio, carbono o kevlar pueden alcanzar entre siete y ocho años de vida útil, gracias a su mayor resistencia y capacidad de absorción de impactos.