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Los vídeos con los que DGT deja claro cuáles son las infracciones más habituales en los siniestros de tráfico

La Dirección General de Tráfico, DGT, acaba de poner en marcha una nueva campaña de vigilancia que estará centrada en las distracciones al volante y en la que los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y de las policías autonómicas y locales vigilarán especialmente un tipo de infracciones que suponen el factor más habitual en los siniestros mortales de tráfico.

Encender un cigarro, hablar por el móvil, comer, leer unos papeles mientras se conduce son comportamientos sobre los que pondrá el foco la campaña de la DGT para concienciar a los conductores del riesgo que conllevan este tipo de acciones mientras se conduce. La campaña se extenderá hasta el próximo 15 de octubre y se enmarca en la Operation Focus on the Road, que desarrolla a nivel europeo la asociación RoadPol (European Roads Policing Network).

Una conductora hablando por el móvil.

Según los datos de la DGT, las distracciones estuvieron presentes en el 30% de los siniestros con víctimas que se produjeron en 2023, por lo que la DGT vigilará especialmente los comportamientos que conlleven conducción desatenta con todos los medios a su alcance. Así, a los agentes se unirán las 253 cámaras instaladas en las carreteras, a través de las cuales se puede constatar, entre otras cosas, si el conductor hace uso del móvil mientras conduce.

Para ilustrar el tipo de conductas que se vigilarán, la DGT ha publicado una serie de vídeos con infracciones reales que provocan distracciones al volante.

Hablar por el móvil, la distracción que más sanciona la DGT

Un conductor leyendo mensajes y borrando el correo.

Utilizar el teléfono móvil mientras se conduce continúa siendo la distracción que con mayor frecuencia sanciona la DGT. Según los datos del organismo de tráfico, en la última campaña de vigilancia de las distracciones realizada el pasado año, el 38% de las denuncias que se cursaron fueron por este motivo.

El uso de dispositivos electrónicos al volante, en sus diversas funcionalidades, está reconocido en diversos estudios como una de las distracciones más habituales con consecuencias graves para la conducción atenta, pues es una de las distracciones que origina perturbaciones en casi todas las capacidades necesarias para conducir a la vez: cognitiva, visual, manual, auditiva…

Un conductor hablando por el móvil del copiloto.

La naturaleza de la distracción y el tiempo de duración tienen también un impacto directo en el incremento del riesgo de siniestro, según explica la DGT. Y, en ese sentido, se ha comprobado que actividades que obligan al conductor a desviar la mirada de la carretera por más tiempo y/o realizar actividades manuales combinadas con actividad cognitiva aumentan significativamente el riesgo de colisión.

Comer, beber, organizar papeles al volante…

La DGT califica la conducción distraída como aquella que se produce cuando el conductor desvía la atención de las tareas necesarias para conducir y al mismo tiempo se realizan otras actividades ajenas a la propia conducción, desviando la mirada de la carretera durante algunos segundos.

Conductora detectada en Valladolid lavándose los dientes.

Según los datos de la DGT, el impacto y el riesgo de colisión varían en función de la naturaleza de la actividad que origina la distracción y su duración. También varían el impacto y el riesgo en función del contexto de la circulación y del tráfico en dicho momento y de las propias características del conductor.

Actividades como comer, beber, organizar papeles, fumar, maquillarse, encender la radio, manejar el GPS… alteran la concentración en el manejo del vehículo y, por tanto, hacen que el conductor deje de estar pendiente de la carretera. Estas situaciones provocan que en algún momento una de las manos del conductor no estará sujetando el volante por lo que, ante un imprevisto, será mucho más difícil reaccionar con celeridad.

Comer al volante, una de las conductas de riesgo que vigila la DGT.
Comer al volante, una de las conductas de riesgo que vigila la DGT.

Además, la ley es muy clara, «el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros…”. No está prohibido expresamente comer o beber dentro del vehículo, pero si las autoridades consideran que con ello estamos poniendo en riesgo la seguridad vial, será una conducta sancionable.

Un conductor en Valencia organizando papeles dentro del coche.

Distracciones y velocidad: un cóctel peligroso

Otra de las variables que entra en juego en materia de distracciones al volante es la velocidad: cuanto mayor es la velocidad del propio vehículo y/o del resto de vehículos, el margen de reacción que tiene el conductor es menor frente a los imprevistos. Distracción y velocidad se convierten en un binomio que aumenta muy significativamente los niveles de riesgo durante la conducción. El tipo de accidente más frecuente debido a la distracción es la salida de la vía, junto con el choque con el vehículo precedente y/o atropello de peatones.

En ese recorrido fuera del control del conductor, a mayor distancia recorrida, hay más probabilidades de chocar contra un obstáculo, contra otro vehículo, o contra un peatón, especialmente, en áreas urbanas.

Un conductor que suelta las manos para comer.