La crisis económica de 2008 fue devastadora y generó un impacto que causó importantes heridas que, aún hoy, está claro que no han terminado de sanar. Un ejemplo de ello lo encontramos en el parque automovilístico español. Y es que en 14 años nuestro país ha visto cómo la antigüedad de sus vehículos se ha disparado y, lo que es peor, no parece que esta tendencia vaya a cambiar a corto plazo.
¿Cuál es la razón? Cada vez se venden menos coches nuevos porque no hay dinero para comprarlos. Nuestro país cuenta con uno de los parques automovilísticos más envejecidos y contaminantes de toda Europa. La edad media de los coches en el Viejo Continente es de 11,5 años… es decir, ¡dos años menos que la española!
2El impacto de la pandemia aún se nota
El último Informe Anual elaborado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) destaca cómo la evolución del mercado automovilístico español no muestra signos para la esperanza. Gran culpa de esta situación la tiene la incertidumbre económica y social derivada de la pandemia. Eso, fundamentalmente, ha condicionado el ritmo de recuperación del mercado.
No hay que ser un lumbreras para darse cuenta de que, fruto de esta situación, se mantienen en circulación vehículos que no incorporan los últimos avances tecnológicos tanto en materia de sostenibilidad y reducción de emisiones como de seguridad. En este sentido, en materia de achatarramiento, en el 2021 se dieron de baja 765.064 vehículos de más de 10 años de antigüedad sobre un parque de cerca de 19 millones de unidades.