La imparable electrificación de la industria ha generado un nuevo ecosistema en las factorías en las que se fabrican coches eléctricos. Porque además de cadenas de montaje de motores clásicos de combustión, empiezan a tomar protagonismo otras instalaciones. Por ejemplo, las zonas de ensamblaje de baterías, el auténtico corazón de los coches de 0 emisiones.
En esto, el Grupo Stellantis en España -antes PSA- es un adelantado al resto de competidores, pues en sus tres factorías españolas ya produce al menos un modelo cien por cien eléctrico. Y entre esas tres factorías sobresale, por encima de todas, la de Vigo. En ella se fabrican modelos como el Citroën Berlingo, que lleva 25 años en producción, del que las tres generaciones que han existido han contado con una versión eléctrica.
Y actualmente, la factoría factoría fabrica nada menos que cuatro modelos eléctricos: las versiones 0 emisiones del Citroën Berlingo, el Opel Combo y el Peugeot Partner. Y además el Peugeot e-2008, el SUV urbano eléctrico de la firma del león.
148 baterías por turno
Para dar respuesta a toda esa demanda… y a la que se avecina, en Vigo se ha creado este taller de baterías en el que se ensamblan las que van a utilizar todos los modelos que se fabriquen en la planta gallega. Con una superficie de 3.000 metros cuadrados y una plantilla dedicada de 150 personas, la capacidad de producción de esta inslatalación es de 20 baterías a la hora, lo que supone unas 148 baterías por turno. Eso significaría que a pleno rendimiento, con tres turnos de trabajo -siempre que el mercado y los suministros de semiconductores lo permitieran- la producción diaria podría llegar a los 450 coches.
En este taller, que hemos visitado por primera vez, se ensamblan las baterías de los multiusos del Grupo Stellantis (EK9) y la del SUV de Peugeot, con la batería eP24. Y en ese taller, solo una pequeña parte era la nave primitiva en la que comenzaron a ensamblarse baterías para el primer Berlingo eléctrico.
Eso da una idea de la evolución de este negocio… y lo que queda por evolucionar. Porque en solo unos meses, la fabricación de baterías en Vigo, que también suministraba a la fábrica de Villaverde -donde se produce el Citroën e-C4– ya se ha centrado solo en las necesidades de esta planta gallega. Ahora es la fábrica de Figueruelas, en Zaragoza, la que suministra las baterias a Madrid.
Todo el proceso de ensamblaje se realiza a mano, los operarios van colocando las celdas en la estructura -una especie de bañera metálica- para una vez colocadas y conectadas cerrarla con una tapa. En un caso el cierre es mediante un proceso de sellado mediante una cola , mientras en el otro se hace con tornillos. En cualquiera de los dos casos, el siguiente paso es comprobar la total estanqueidad de la batería insuflando en ella aire a presión para confirmar que no hay ningún tipo de pérdida.
Y una vez realizada esta comprobación, la batería está lista para pasar a la línea de montaje donde será implantada en alguno de los modelos que Stellantis fabrica en la factoría gallega. Una fábrica que es de las más avanzadas del grupo en electrificación. Pero que no está sola, pues la apuesta de Stellantis es clara. Con el objetivo de ser líderes en la producción de eléctricos, han anunciado la creación de cinco fábricas de baterías para poder acometer una demanda que estima que al menos el 70 por ciento de sus ventas serán de coches electrificados en 2030. Serán en Francia, Alemania, Italia y dos en Estados Unidos, los lugares donde se creen esas fábricas para dar respuesta a esas necesidades de movilidad para las que Stellantis va a invertir más de 30.000 millones en electrificación y software hasta 2030.
Un futuro en el que Vigo lleva años trabajando.