comscore

Volkswagen Passat GTE. Golpe de autoridad

Impresionante. Ésa es la primera sensación que se desprende al conducir el Passat en versión GTE, denominación empleada por Volkswagen para distinguir a sus modelos 'plug-in hybrid' o híbridos recargables en la red. Impresiona por su respuesta al acelerador, que convierte al GTE en un coche muy rápido. Efectivamente Volkswagen ha priorizado las prestaciones para situar a su berlina en la parte medio-alta del segmento, a la vez que promete homologar unas emisiones de CO2 inferiores a 45 g/km, algo menos de 2 l/100 km de consumo medio de gasolina, con una autonomía que puede superar los 1.000 km.

Al margen de los datos anticipados por la marca, el Passat GTE confirma las 'sensaciones GTI' ya demostradas incluso en los primeros prototipos del Golf GTE. Comparte con éste la misma tecnología (motor 1.4 TSI turbo e inyección directa, asociado a un motor eléctrico integrado junto el cambio DSG de 6 velocidades), pero con 10 kW de potencia y 5 mkg de par motor adicionales.

A nivel de equipamiento, los propietarios del GTE podrán iniciar la carga de la batería a través de su teléfono móvil (4 horas y cuarto en un enchufe doméstico si está completamente vacía); también podrán conocer el radio de acción en utilización E-MODE sobre el mapa del navegador.

Exprimiendo el motor

El Passat GTE hace un aprovechamiento espectacular de los recursos puestos en juego, tal y como hemos podido apreciar en el circuito de Mortefontaine, al norte de París. Tras pulsar dos veces el botón de arranque, está dispuesto a iniciar la marcha, lo que hace siempre en modo eléctrico, con tal de tener suficientes reservas la batería. Nosotros presionamos la tecla E-MODE de la consola central para visualizar sobre la pantalla táctil los 3 modos de uso a elegir: Hybrid, EV y Carga.

Seleccionamos el modo EV para ver de lo que es capaz en utilización exclusivamente eléctrica, arrancando suavemente y en silencio. A la batería le queda ya poca energía después de que otros colegas la hayan exprimido sin miramientos, pero durante dos vueltas el Passat GTE 'vuela' por la pista. Acelera con deportividad, pasa las curvas con la solvencia de cualquier otro Passat y al llegar a un tramo recto alcanza los 130 km/h sin la más mínima pereza, pero no pasa de ahí. Como seguimos pisando el acelerador para seguir ganando velocidad, entra en acción el motor de combustión. Unos cientos de metros después, con sólo levantar un poco el pie para bajar de 130km/h y pulsando otra vez en la pantalla el modo EV, volvemos a movernos sólo con electricidad, completando esos dos giros al circuito a todo ritmo.

Ya con poca electricidad en la batería, conectamos el modo Carga y hacemos otras dos vueltas a base de gasolina, con la palanca del cambio desplazada hacia la derecha, en posición B, para retener más y favorecer la recarga. El pequeño cuentarrevoluciones situado en el cuadro de mandos (con zona roja en 7.000 rpm), nos permite saber a qué ritmo se mueve el motor de gasolina cuando está trabajando, algo de lo que no se dispone en otros híbridos. En el cuadro, junto al potenciómetro, también se expresan los flujos de energía, así como la autonomía restante en modo eléctrico. Y el velocímetro está graduado hasta 260 km/h.

Cubiertas esas dos vueltas de recarga y con un poco más de energía en la batería, seleccionamos el modo 'Hybrid'. El Passat GTE saca a relucir de nuevo todo su potencial. Sus más de 200 CV son eficaces al cien por cien, sin tiempos muertos de respuesta y con mucho empuje. Obviamente, los consumos de gasolina son bien diferentes según el modo de uso: desde cero en modo eléctrico, en adelante… según cuánta energía haya disponible en la batería. Ya habrá tiempo de comprobarlo en utilización real, pero en ciclos normalizados promete ser frugal.

La prueba en circuito nos permite comprobar una más de las personalidades adjudicadas por Volkswagen a su híbrido enchufable. Es la más deportiva de todas, cambiando incluso tacto de dirección y leyes del cambio, y se elige pulsando la tecla de la consola central adornada con las letras GTE. Implica el modo híbrido, la máxima potencia disponible y… una música espectacular del motor de gasolina a base de un 'symposer' que canaliza el sonido de la admisión hacia el habitáculo, un divertimento simpático que sirve para dejar bien clara la vocación prestacional de la tecnología 'plug-in hybrid' según Volkswagen.