Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) se están convirtiendo en un dolor de cabeza para muchos conductores. Hasta ahora parecía que era un problema exclusivo de las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, pero actualmente cualquier núcleo urbano con más de 50.000 habitantes debe cumplir con esta medida.
Los ayuntamientos son los responsables
Delimitar el perímetro de las ZBE recae sobre los ayuntamientos. Sin embargo, en los últimos días no son pocos los organismos, como ANFAC, la OCU o el RACE, que están intentando asesorar de una manera coherente la regulación de esta normativa que, se calcula, afecta a más de 25 millones de usuarios.
Entre las propuestas encontramos peticiones como una mejor señalización de las zonas ZBE, impulsar el transporte público mediante aparcamientos disuasorios cerca de los límites de las áreas de restricción, mejorar las ayudas del Plan Moves, cambiar el sistema actual de etiquetas medioambientales…
En cualquier caso resulta curioso que el 54% de los españoles cree que la creación de las ZBE atiende a «intereses políticos», según una encuesta realizada por el Observatorio RACE de Conductores.
La encuesta, realizada este mes sobre una muestra de 1.500 personas, se centra en cómo ve la ciudadanía y en cómo pueden afectarle las zonas de bajas emisiones, ha explicado la organización.
De las conclusiones de la encuesta también se extrae que el 35% de los españoles piensan que la motivación real de la creación de estas zonas obedece a la mejora del medio ambiente, mientras que el 11% restante o bien no tienen clara su respuesta, o lo atribuyen a otras razones.
Un 61% está en contra de las ZBE
«Al margen de la motivación, el rechazo a las ZBE es mayoritario: un 61% de los encuestados se muestra en contra de estas zonas, mientras que solo un 31% está a favor, por un 9% que no lo tienen claro», ha señalado la organización.
Por otro lado, la creación de estas zonas «ha afectado o va a afectar» a los desplazamientos del 52% de los habitantes o trabajadores de ciudades de más de 50.000 empadronados, mientras que para un 32% no tendrá ningún impacto en su día a día debido a que su forma habitual de desplazamiento estará permitida.
Entre los conductores que se van a ver afectados por las ZBE, el 71% se desplaza o se desplazaba en coche antes de su puesta en marcha, un porcentaje que, una vez estén todas establecidas, se reducirá hasta el 46%, ha destacado RACE.
¿Qué hará el resto? El trasvase es, muy mayoritariamente, hacia el transporte público, que pasará del 13% al 27%, seguido por aquellos que se desplazarán a pie (del 8% al 11%) o en moto, que asciende del 6% al 7%.
Opciones como la bicicleta (que se mantendrá como medio de transporte solo para el 1% de los encuestados) o el patinete (que sube al 1%), siguen siendo residuales, según asegura la organización.
Cambiar de coche es una opción minoritaria
Otra de las conclusiones de la encuesta recoge que los conductores afirman encontrarse con una «alarmante falta de alternativas», dado que un 31% asegura que evitará las Zonas de Bajas Emisiones en la medida de sus posibilidades, mientras que un 19% no sabe cómo adaptarse porque «no les resulta válida ninguna de las alternativas actuales».
«Un dato muy preocupante para los fabricantes de vehículos es que solo el 14% ha cambiado o plantea cambiar su coche por uno que sí cumpla con las restricciones de movilidad de estas áreas», concluye el estudio.
