Por si no lo sabías, la implementación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) ha llevado a varios ayuntamientos a una encrucijada legal que está generando dolores de cabeza y obligándolos a replantearse sus estrategias. Se trata de un caos a pequeña escala que cada cual está viviendo en sus propias carnes de la mejor forma… pero sin librarse de sobresaltos.
Inicialmente, por ejemplo, Madrid se vio afectada por las sentencias judiciales que cuestionaban la legalidad de Madrid Central, llevando al consistorio a modificar sus condiciones y cambiar su nombre a Madrid 360. Aunque la primera sentencia está pendiente de recurso, las ZBE en Madrid experimentaron una transformación forzada con el tiempo.
3El destino de las originales
La decisión del Supremo marca el final de las ZBE en su forma original, destacando la falta de documentación esencial y un estudio de impacto económico en su implementación. En el caso de Barcelona, la sentencia es considerada discriminatoria, ya que afecta desproporcionadamente a las rentas más bajas. El anterior equipo municipal de Barcelona había tenido en cuenta los ingresos de los ciudadanos al establecer las restricciones de circulación, revelando una falta de previsión y análisis en la aplicación de estas medidas.