La posible imposición de aranceles del 25% a las importaciones de automóviles en Estados Unidos por parte de la administración Trump ha generado preocupación en la industria automotriz europea. Un nuevo informe de Morningstar DBRS identifica a Alemania, Suecia, Eslovaquia, Hungría y la República Checa como los países de la Unión Europea (UE) que se enfrentarían a las mayores consecuencias económicas. Si bien no se prevé un impacto crediticio inmediato, la medida aumentaría significativamente los impuestos a la importación, pasando del actual 2,5%. La industria automotriz representa el 10% de las exportaciones de bienes de la UE a EE.UU., lo que la convierte en un sector crucial.
Es esencial comprender el contexto de este conflicto comercial. La UE mantiene un superávit comercial considerable en el sector automotriz con Estados Unidos. En 2024, las exportaciones automotrices alcanzaron los 52.500 millones de euros, superando con creces las importaciones desde EE.UU., que se situaron en 11.700 millones de euros. Este superávit se ha duplicado entre 2020 y 2024, impulsado por el aumento de los precios de los automóviles y la fuerte demanda externa en Estados Unidos.
Alemania: El gigante automotriz en el punto de mira
Alemania es el principal exportador de automóviles a EE.UU. dentro de la UE, con 34.000 millones de euros, representando el 65% del total. Esta cifra refleja la posición de Alemania como un centro global de fabricación de automóviles. No obstante, el informe subraya que la exposición de cada país varía significativamente según el tamaño de su economía y su dependencia del mercado estadounidense. Mientras que Alemania, Suecia y Eslovaquia podrían experimentar un impacto más pronunciado, países con industrias automotrices más pequeñas, como Italia y Austria, sentirán un impacto más atenuado.
La importancia de Alemania en el sector automotriz europeo no se puede subestimar. Su fuerte presencia en la fabricación y la consolidada reputación de sus marcas la convierten en un actor clave en la economía europea. Las empresas alemanas han invertido fuertemente en innovación y tecnología para producir vehículos de alta calidad que satisfagan las demandas del mercado global. La potencial imposición de aranceles por parte de Estados Unidos podría desestabilizar la economía alemana y la europea en su conjunto.
El impacto indirecto en Hungría y República Checa
Aunque Hungría y la República Checa tienen una exposición comercial directa a EE.UU. limitada, sus industrias automotrices están fuertemente integradas en la cadena de suministro internacional de los fabricantes alemanes. En 2024, el 31% de las exportaciones automotrices de Hungría y el 29% de las de la República Checa se dirigieron a Alemania. Por lo tanto, estos países se verían afectados indirectamente por los aranceles de EE.UU. a través de los vínculos comerciales con Alemania.
Esta interdependencia de las cadenas de suministro dentro de la UE demuestra la complejidad del comercio internacional. Las políticas comerciales proteccionistas, como la imposición de aranceles, pueden tener efectos dominó que se propagan a través de diferentes economías y sectores. Es fundamental que los gobiernos consideren cuidadosamente las posibles consecuencias de sus decisiones en el comercio internacional y que trabajen para encontrar soluciones multilaterales que promuevan el crecimiento económico y la estabilidad.
Consecuencias para los fabricantes de automóviles
La aplicación de aranceles a los productos automotrices incrementaría los costes de la industria, lo que es negativo para la calificación crediticia de los fabricantes de equipos originales (OEM). Un arancel del 25% se considera «excesivamente alto», ya que los márgenes operativos de la mayoría de los fabricantes de automóviles convencionales suelen estar en un solo dígito alto. Los OEM no podrían absorber estos aranceles de manera sostenida sin realizar ajustes significativos en su producción.
Se espera que los precios de los automóviles nuevos aumenten para compensar los aranceles. Si estos aranceles se prolongan y provocan disrupciones en la producción, el impacto en la quema de efectivo y la erosión de la liquidez podría afectar negativamente la calificación crediticia de algunos fabricantes. Esta situación podría poner en peligro la estabilidad financiera de algunas empresas del sector, especialmente aquellas que no cuentan con una base de clientes suficientemente amplia o con una sólida estructura de costes.
Fabricantes ‘premium’: ¿Más resistentes a los aranceles?
Los fabricantes de automóviles europeos más expuestos a los aranceles de EE.UU. se enfocan en gran medida en el segmento automotriz ‘premium’, como BMW y Mercedes-Benz. Volkswagen, aunque cuenta con varias marcas dentro del mercado automotriz generalista, genera la mayor parte de sus ganancias a través de marcas premium como Porsche y Audi. Este enfoque en el mercado premium les otorga una ventaja clave a la hora de gestionar los efectos negativos de los aranceles, ya que los consumidores de automóviles premium suelen tener un alto poder adquisitivo, lo que los hace más resistentes a los aumentos de precios.
Esta capacidad de trasladar el incremento de costes a los consumidores podría permitir a BMW, Mercedes y Volkswagen mitigar el impacto de los aranceles. Sin embargo, hasta ahora ninguna de estas compañías ha indicado planes concretos para subir precios. Además, los sólidos perfiles crediticios de estos fabricantes les permiten absorber el aumento de costes en el corto plazo. Norteamérica es un mercado clave para BMW, Mercedes y Volkswagen, pero sus resultados financieros globales están fuertemente influenciados por su desempeño en otras regiones clave, especialmente Europa y China.
Stellantis: La exposición a los aranceles en Norteamérica
Si bien Stellantis es un fabricante de automóviles europeo con una fuerte dependencia del mercado norteamericano, sus exportaciones de automóviles desde Europa a EE.UU. son relativamente modestas. Estas exportaciones se concentran principalmente en algunos modelos de las marcas Alfa Romeo y Jeep, ambos en volúmenes limitados. Desde la perspectiva de los aranceles, Stellantis está significativamente más expuesta a los aranceles de EE.UU. sobre las importaciones automotrices procedentes de Canadá y México.
Es importante señalar que Volkswagen cuenta con una capacidad de producción significativa en México, con aproximadamente 500.000 unidades anuales. En 2024, el 46% de esta producción se destinó a mercados distintos a EE.UU. Los volúmenes de producción en México de BMW y Mercedes son considerablemente menores en comparación con VW, y la mayoría de estas unidades se exportaron a otros mercados fuera de EE.UU. Estos factores influyen en la vulnerabilidad de cada empresa frente a las potenciales medidas arancelarias.
Implicaciones a largo plazo y estrategias de mitigación
La imposición de aranceles a largo plazo podría obligar a los fabricantes a replantearse sus estrategias de producción y distribución. Esto podría incluir la reubicación de plantas de producción, la búsqueda de nuevos mercados o la inversión en tecnologías que reduzcan los costes de producción. La diversificación de la cadena de suministro y la adaptación a las nuevas realidades comerciales son cruciales para garantizar la competitividad en un mercado global en constante cambio.
Además, los gobiernos europeos podrían considerar la posibilidad de implementar medidas de apoyo a la industria automotriz, como incentivos fiscales, programas de formación y apoyo a la investigación y el desarrollo. Estas medidas podrían ayudar a las empresas a superar los desafíos planteados por los aranceles y a mantener su posición de liderazgo en el mercado global. La colaboración entre el sector público y el privado es fundamental para garantizar el futuro de la industria automotriz europea.