La sal es el método más utilizado para derretir la nieve y evitar que las carreteras se conviertan en auténticas pistas de hielo. Sin embargo, su uso trae consigo efectos negativos: corroe los bajos de los vehículos, daña el pavimento y perjudica el medioambiente. Por suerte, existen otras soluciones que son más amigables con tu coche y con la naturaleza. ¿Cuáles? A continuación, te presentamos tres alternativas eficaces que pueden sustituir a la sal en la lucha contra la nieve en la carretera.
Ceniza: la opción ecológica y efectiva contra la nieve
Si te pedimos que pienses en ceniza, probablemente lo primero que harás será asociarla con chimeneas o fogatas. Lo que igual no sabes es que este residuo también puede servir para combatir la nieve. La ceniza reduce el punto de congelación del agua y mejora la tracción en carreteras nevadas, funcionando de manera similar a la sal, pero sin sus efectos corrosivos en los vehículos.
Además, la ceniza no contamina los suelos ni afecta a la vegetación cercana; ventajas que la convierten en una opción ecológica. Y su aplicación es sencilla: basta con esparcirla sobre la nieve para que esta comience a derretirse de forma gradual. Este método, el de la ceniza, ya se utiliza en algunos países del norte de Europa y en regiones donde la sostenibilidad es una prioridad.

Arena: tracción sin corrosión
Otra alternativa ampliamente utilizada es la arena. No solo ayuda a derretir la nieve gracias a la absorción del calor del sol, sino que también proporciona mayor adherencia a los neumáticos, reduciendo el riesgo de derrapes. A diferencia de la sal, la arena no provoca daños en la carrocería ni en los componentes metálicos de los coches.
El único inconveniente es que, con el tiempo, la arena puede acumularse en los sistemas de drenaje, lo que obliga a realizar limpiezas periódicas para evitar posibles obstrucciones. No obstante, si se utiliza en cantidades controladas y se retira adecuadamente, consigue ser una excelente alternativa para mantener las carreteras transitables sin sacrificar la integridad de los vehículos.

Gravilla: el refuerzo ideal para carreteras heladas
La gravilla es una opción común en Alemania y otros países con clima invernal severo. Su función principal no es derretir la nieve, sino mejorar la tracción de los vehículos: al proporcionar una superficie más rugosa, los neumáticos pueden agarrarse con mayor facilidad.
La principal ventaja de la gravilla es que, a diferencia de la sal, no afecta la pintura ni los bajos de los coches y, una vez que la nieve se derrite, puede ser barrida y reutilizada en futuras nevadas. Sin embargo, su uso requiere de un mantenimiento regular, ya que una acumulación excesiva de gravilla en las calles puede generar polvo o dañar los parabrisas si sale proyectada a alta velocidad.

Otros métodos en vías de desarrollo
Además de estas tres opciones (ceniza, arena y gravilla), existen otras soluciones innovadoras que buscan reemplazar la sal en el futuro. Un ejemplo son los líquidos anticongelantes a base de sustancias biodegradables, que evitan la formación de hielo sin causar los estragos de la sal. También se está investigando en el uso de aditivos naturales, como la melaza o los residuos agrícolas, que podrían reducir la adherencia de la nieve al asfalto sin generar impacto ambiental negativo.
Aunque algunas de estas alternativas a la sal aún están en fase experimental, demuestran que es posible encontrar métodos más responsables para mantener las carreteras seguras en invierno sin poner en riesgo ni los vehículos ni el ecosistema.

Un cambio necesario
El uso de la sal para acabar con la nieve en las carreteras sigue siendo el método habitual en muchos lugares, pero sus efectos negativos son cada vez más evidentes. Afortunadamente, otros materiales como la ceniza, la arena y la gravilla, han demostrado ser opciones viables y menos perjudiciales.
Si bien cada método tiene sus ventajas e inconvenientes, lo cierto es que el futuro de la gestión de carreteras en invierno pasa por la búsqueda de soluciones más sostenibles. Adoptar estas alternativas no solo ayudará a preservar nuestros vehículos, sino también el entorno en el que circulamos. Sin duda, es momento de repensar el uso de la sal y de apostar por métodos que cuiden tanto de nuestras carreteras como de nuestros coches.

Consejos para conducir en carreteras nevadas
Sea como sea, independientemente del método utilizado para derretir la nieve en la carretera, es crucial que sigas algunas recomendaciones para conducir de forma segura en invierno.
Reducir la velocidad, mantener una distancia prudente con otros vehículos y usar neumáticos de invierno pueden marcar la diferencia en condiciones adversas. También es recomendable que lleves cadenas para la nieve en el maletero, y que revises el estado de los frenos antes de emprender un viaje. La seguridad, ante todo.
