Durante julio de este año se han registrado 131 decesos en carretera, lo que supone un incremento del 12% respecto a 2019, último año de normalidad previo a la pandemia de COVID. Respecto a este aumento, Pere Navarro declaró recientemente que las “sucesivas olas de calor consecutivas están detrás del incremento de la siniestralidad en carretera”. Aunque la verdadera obsesión de Pere Navarro sean los delitos de alcoholemia y velocidad al volante.
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Alcohol y drogas, la otra obsesión
El alcohol, las drogas y los fármacos al volante se han convertido en otra de las obsesiones de Pere Navarro. Según las últimas estadísticas el 49,4% de los fallecidos en carretera durante el año pasado mostraba rastros de alcohol, drogas o fármacos en la sangre.
Otro de los grandes responsables de los accidentes en carretera. Datos que se extraen de la memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Este informe recoge también que el alcohol y las drogas están detrás de casi el 25% del total de los accidentes en carretera.
Además de su influencia sobre la conducción el alcohol es responsable de gran parte de los fallecidos en carretera por su influencia sobre la coagulación de la sangre. Por sus propiedades químicas el alcohol ralentiza la velocidad de coagulación de la sangre.
Esto provoca que las heridas propias de los accidentes no cicatricen con facilidad. Esto provoca que los heridos se desangren con facilidad tras los accidentes.
La DGT ha puesto en marcha una campaña contra el consumo de alcohol y drogas al volante que finaliza el fin de semana de la Virgen de agosto.
La Dirección General de Tráfico anuncia que llevará a cabo controles de alcohol y drogas “a cualquier hora del día y en cualquier carretera”, para lo cual pide la colaboración de la policía local de los municipios nacionales con más de 25.000 habitantes. Han sido formados por la propia DGT tanto en los procedimientos de control como en los procesos de denuncia.