Audi se ha fijado en la filosofía de los patinadores y sus tablas de 'skate' a la hora de diseñar y bautizar a su A1 Citycarver. De hecho, basta entrar en una de las webs de esta especialidad, como Carver Skateboards Spain, para ver las extraordinarias coincidencias entre lo que buscan transmitir ambas empresas con sus productos: «construimos tablas de surf para el asfalto. Tablas que te permiten surfear las calles, las aceras, los bowls… como si estuvieras en el agua, en una ola que no se acaba nunca. Un Carver es flow, técnica y diversión». Y, salvando las distancias, esta estrategia es prácticamente la misma que quiere trasladar Audi con su último modelo urbano, el A1 Citycarver. Es decir, que con esta versión lo que desea vender la firma de los cuatro aros es un coche con las ventajas de tamaño y agilidad propias de un vehículo urbano, combinadas con la estética de un crossover y la deportividad de un pequeño modelo Sport. Han querido hacer un utilitario premium para 'surfear' las calles con técnica y diversión. Pero el Citycarver no sólo se convierte en el rey de la ciudad, sino que amplía su radio de acción mucho más allá de las calles atascadas de las grandes urbes. El A1 más aventurero se atreve con viajes por autovía o autopista, carreteras de segundo orden en mal estado, curvas interminables e incluso pistas de tierra, a pesar de no contar, ni ahora ni en el futuro, con un sistema de tracción total o ninguna de las ayudas en el sistema de tracción tan habituales en otras marcas. Veamos por qué.
El Citycarver es una variante del A1 Sportback con diferencias estéticas nada radicales, pero suficientes como para que parezca casi otro coche. Pero quizá lo que más cambia su fisonomía es la mayor distancia libre al suelo. La marca alemana habla oficialmente de 35 milímetros más de altura que su hermano A1 Sportback gracias a unos muelles específicos, pero lo cierto es que pueden llegar a ser 50 milímetros extra con llantas de 16 pulgadas. Ya por sí sola, esta modificación permite tres cosas: por un lado, acceder con mayor comodidad a un habitáculo más alto y que sorprende por ofrecer mayor espacio del esperado; sentarse al volante en una posición con mayor visibilidad, lo que permitirá mayor anticipación; y, por último, permitirá acceder a caminos de tierra, incluso muy deteriorados, sin un miedo constante a rozar partes delicadas de los bajos del coche. Desde luego parecen argumentos suficientes como para no dudar entre este y un A1 Sportback por una diferencia de alrededor de 2.000 euros igualando equipamientos. Sin embargo, una duda de mayor calado puede surgirle al comprador cuando vea que por lo que vale un A1 Citycarver 30 TFSI S Tronic, tal y como viene de fábrica, sin opcionales -27.350 euros- podría adquirir un Audi Q2 con el mismo motor pero dotado de cambio manual. Un coche con más maletero, más espacio interior, mayor empaque y un aspecto crossover similar. Ahí lo dejo.
Centrándonos ahora en el Citycarver
Tenemos que reconocer que nos ha gustado más de lo esperado casi todo. Es verdad que la unidad probada llevaba el paquete especial 'Launch edition' que cuesta algo más de 7.000 euros extra y deja el coche 'alicatado', pero el nuevo A1 tiene una magnífica base y una calidad que no deja apenas resquicios para la crítica. Suspensión regulable con cuatro programas de conducción, paquete Dynamic, asientos deportivos, faros Matrix LED, navegador… El A1 Citycarver, a pesar de tener un centro de gravedad más elevado, aprovecha al máximo el trabajo de la suspensión regulable, y en modo Dynamic va sobre raíles sin que en ningún momento esa mayor dureza afecte a la comodidad de los pasajeros, que también podrán disfrutar del modo Auto, más mullido. Y el motor de tres cilindros deja el pabellón de la escudería 'dowsizing' bien alto, con un rendimiento general agradable y contundente cuando hace falta. Lástima que el sistema Start/Stop sea brusco y que el consumo -sobre todo por la altura del coche y por los neumáticos de nuestra unidad, unos 215/45 R18- baje difícilmente de los 7,0 l/100 km… y más si los kilómetros se suceden en territorio urbano.
De hecho, hemos verificado consumos en uso real similares a los que en su día medimos a todo un Volkswagen Polo GTi con motor 2.0 TSI de 200 caballos. Pero eso se te puede llegar a olvidar cuando recorres los primeros kilómetros y vuelve la sensación de gran 'feeling' entre hombre y máquina, como si ambos se conocieran de toda la vida, algo propio de los coches diseñados más con la cabeza y menos con el corazón.
El precio con el pack 'Launch edition' sube hasta los 34.670 euros, una cantidad que asusta para tratarse de un vehículo de cuatro metros, que sólo se justifica en parte y que deja a esta coqueta, exclusiva y caprichosa versión a un paso de modelos prácticamente dos segmentos por encima. En cualquier caso, surfear por la ciudad en modo 'carvin' está al alcance de muy pocos.
LA CLAVE
Cuesta un dineral y su equipamiento tiene lagunas, pero hay que reconocer que en Audi saben lo que hay que hacer para enamorar al comprador. El A1 Citycarver convence en casi todos los aspectos y rebosa calidad por los cuatro costados. Y la ausencia de la tracción total o algún sistema de control de motricidad ampliado está justificada porque no deja de ser un modelo urbano vestido de campo.