Hace más de un lustro Audi lanzó el Q7 y sentó las bases del éxito de su familia de todocaminos. En 2008 llegó el Q5 y la gama se completa con el Q3, justo en un momento en el que el panorama económico y la nueva mentalidad medioambiental lleva a muchos conductores, amantes de los SUV, a apostar por vehículos más comedidos.
En nuestro primer cara a cara intenso con el Q3 ha sido obligado realizar un análisis a fondo de cada rincón, todavía más minucioso de lo habitual, ya que desde que este modelo fue adjudicado a la planta de Martorell se veía como un auténtico examen para esa factoría cumplir con los estándares de calidad. Pero, una vez más, la industria española del automóvil demuestra que está capacitada para asumir cualquier reto, sin importar que el listón tenga un sello premium.
Calidad como en cualquier otro Audi
Y en ese aspecto Audi no es una marca cualquiera, más bien se ha convertido en toda una referencia, pues sus coches suelen hacer gala de una terminación impecable. Por eso las primeras sensaciones con el Q3 responden a lo esperado pues, por ejemplo, al abrir y cerrar la puerta para subir al habitáculo ya notamos su solidez. Sentados frente al volante las señas de identidad son claras. Es muy fácil encontrar la postura ideal de conducción y percibir que todos los controles básicos están al alcance de la mano. El grupo Volkswagen es todo un especialista en el campo de la ergonomía.
A nuestro alrededor encontramos sin problemas huecos para dejar el móvil, la cartera… y también hay prácticos portabebidas o unas amplias bolsas en las puertas para botellas grandes u otros objetos. Frente a otros Audi llama la atención que los mandos de la climatización queden algo más bajos de lo habitual, justo por delante de la palanca de cambios, lo que tal vez no guste a todo el mundo.
Espacio interior muy bien aprovechado
El espacio en el habitáculo está muy bien aprovechado. Cuatro adultos pueden viajar con mucha comodidad, mientras que la quinta plaza es más aconsejable para un niño por varias razones. Por un lado, el asiento central trasero es algo más estrecho y su respaldo queda más recto, restando altura al techo; por otra parte, en el suelo aparece el volumen del túnel central de transmisión; no es excesivo, pero también comen espacio las rejillas posteriores de aireación. Un detalle que sorprende en esta zona es la ausencia de una banqueta deslizante que aumente la versatilidad, sobre todo si pensamos que su primo el VW Tiguan -que utiliza la misma plataforma- sí dispone de dicha solución. Por otra parte, los datos oficiales de Audi anuncian un maletero de 460 litros, pero en España el Q3 trae de serie una rueda de repuesto de emergencia con lo que el volumen real se queda en unos 385 litros. Quien lo desee puede solicitar -sin cargo- el kit de reparación de pinchazos y así dispondrá del volumen total en la zona de carga. Para sujetar mejor el equipaje hay ganchos y argollas, en cambio la bandeja cubremaletero -un trozo va asociado a la luneta trasera- no lleva los habituales tirantes de cuerda que la desplazan hacia arriba al abrir el portón, ya que tocaría en los montantes traseros. Si hace falta se desmonta con facilidad y está construida con un material muy sólido.
Única combinación con el 2.0 TDI 177 CV
En este Q3 encontramos bajo el capó el conocido motor 2.0 TDI, en concreto en una de sus últimas evoluciones con un rendimiento de 177 CV -la inyección puede trabajar a una presión máxima de 1.800 bares-; y como compañero de baile cuenta con el cambio S tronic de doble embrague y siete marchas. No se olviden de este dúo, nacido realmente para disfrutar. Enseguida se aprecia una respuesta ágil y contundente, pero lo que es mejor es que va unido a una gran suavidad y una sonoridad muy contenida.
Los datos del 'correvit' dejan claro su nivel de prestaciones. Por ejemplo, Audi anuncia en esta versión un paso de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos, pero nuestra unidad ha invertido sólo 7,7 segundos, aun contando con numeroso equipamiento extra y con unos neumáticos más anchos que los de homologación. Pero ahí no queda la cosa. La recuperación de 80 a 120 km/h en 'D' la realiza en sólo 6 segundos, síntoma de su extraordinaria capacidad para adelantar, con una gran velocidad de reacción del cambio S tronic -más en la posición 'S'-, que apura los pasos de marcha hasta las 4.500 rpm y realiza los saltos entre relaciones con una finura que roza la perfección. Y siempre con la posibilidad de un uso manual si disponemos de levas en el volante.
Dinámica de compacto
Para personalizar más la conducción, por 240 euros está disponible el 'Audi drive select', que mediante un pulsador permite elegir entre los modos Comfort, Auto, Dynamic y Efficiency. En cada uno de ellos se ajusta la respuesta del motor -con mayor o menor espontaneidad al acelerar-, de la dirección -con un tacto más o menos duro- y del cambio -con un número de revoluciones diferente en la gestión de las marchas-. Además, en opción el Q3 puede montar un sistema de amortiguación regulable -1.170 euros- que actúa en combinación con el Audi drive select. Pero ya con la suspensión convencional y la tracción total que equipa este TDI se disfruta de una conducción especialmente gratificante. El Q3 es cinco centímetros más bajo que un Q5 e incluso ocho más que un Tiguan, y sabe sacar partido a esta cualidad sobre el asfalto, ya que apenas balancea en el paso por curva y hasta deja ver cierta personalidad deportiva si afrontamos un puerto de montaña o una carretera repleta de curvas.
El estupendo tacto de cualquier elemento que interviene en la conducción contribuye a ese placer al volante y el sistema Haldex de la tracción integral -que puede llevar hasta el cien por cien del par al eje trasero si es necesario- redondea la percepción de seguridad en todo momento. Su capacidad 4×4 choca en cambio con su reducida altura libre al suelo -17 centímetros frente a los 20 del Tiguan, por ejemplo- que no le beneficia al rodar por caminos. Es evidente que Audi no ha enfocado el Q3 a un uso fuera del asfalto -parece que más adelante contará con un control de descensos y con algún paquete específico 'off road'-, aunque ya sabemos que una abrumadora mayoría de conductores que opta por un SUV urbano nunca pisará una pista en el campo.
Por otra parte, la marca germana ha procurado aligerar el conjunto -el capó motor y el portón trasero son de aluminio- y dotar al Q3 de dispositivos de ahorro, como el sistema 'Start/Stop' para el motor o el de recuperación de energía en las fases de deceleración. Aun así, hemos medido a esta versión un consumo medio de 7,7 litros, una cifra que hay que valorar junto a las estupendas prestaciones derivadas del tándem TDI 177 CV/cambio S tronic. Quienes busquen más ahorro pueden optar por el Q3 TDI 150 CV, con tracción delantera y cambio manual.
El acabado Ambition de nuestra unidad es el más costoso (el Advance, más 'asequible', arranca en 36.900 euros) e implica una dotación muy completa pero dejando siempre en opción elementos como los faros de xenón, los asientos eléctricos, el techo panorámico… o detalles más sencillos como un retrovisor interior antideslumbrante -335 euros-, el control de presión de los neumáticos -95- o las citadas levas del volante -130-. Si no hay problemas de presupuesto, Audi ofrece un navegador con control por voz, disco duro de 20 Gb, reproductor de DVD, dos lectores de tarjetas SD y pantalla en color de 7 pulgadas -2.890 euros-, un receptor de TV -1.135- o un equipo de sonido Bose -895-, junto a diferentes sistemas de seguridad.